Ingrid Betancourt Reacciona al Nombramiento de su Ex-Captor como Gestor de Paz
La designación de Alexander Farfán Suárez, alias “Gafas”, como gestor de paz del gobierno de Gustavo Petro ha desatado una fuerte reacción de Ingrid Betancourt, exsecuestrada por las FARC en 2002. Betancourt, quien estuvo cautiva durante más de seis años, manifestó su rotundo rechazo al nombramiento de su antiguo captor como parte de los esfuerzos del Gobierno por avanzar en los procesos de paz con los grupos armados ilegales.
Este nombramiento ha generado controversia, dado que «Gafas» fue uno de los principales responsables del secuestro de Betancourt y su permanencia en las filas de las disidencias de las FARC, particularmente en el Estado Mayor Central (EMC), ha sido cuestionada. De acuerdo con un informe de inteligencia publicado por Semana, se reveló que alias “Gafas” está vinculado a actividades delictivas en las regiones de Cauca y Valle del Cauca, e incluso se le menciona en los planes de operaciones de combate coordinados por Iván Mordisco, jefe de las disidencias de las FARC.
El regreso de «Gafas» a las filas de los grupos armados y su implicación en nuevos actos de violencia reavivaron las críticas hacia su rol como negociador de paz. Iván Velásquez, ministro de Defensa de Colombia, cuestionó que alguien con tales antecedentes pudiera seguir desempeñando funciones de paz, señalando la reincidencia en actividades criminales.
Betancourt, quien ya había advertido sobre los riesgos de otorgar este rol a su ex-captor, se mostró indignada y lamentó las consecuencias de lo que considera un “pacto diabólico”. En sus declaraciones, recordó que su secuestro y la tragedia sufrida por miles de colombianos no deben ser olvidadas. «¿Cuánta sangre derramada, cuántas personas más secuestradas? Maldita la hora en que Colombia cayó en manos de este pacto diabólico», expresó, subrayando el impacto negativo de decisiones como esta en el bienestar de las víctimas de la violencia en Colombia.
El caso ha abierto un debate sobre la eficacia y la ética de los procesos de paz con grupos armados y ha reavivado las tensiones sobre la seguridad nacional frente a las disidencias que continúan operando en el país.