Fuerte Sacudón en Cuba: Dos Terremotos Azotan la Costa Sur de la Isla
Este domingo, la costa sur de Cuba fue sacudida por dos fuertes terremotos que alarmaron a la población y pusieron en alerta a las autoridades locales. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) reportó que el primer temblor tuvo una magnitud de 5.9 y se produjo en las aguas cercanas a Bartolomé Masó, en la provincia de Granma, a tan solo 22 millas de la costa. Una hora después, un segundo sismo más fuerte, de magnitud 6.8, se registró a 36 kilómetros del municipio de Pilon, en la misma zona afectada.
Afortunadamente, no se han reportado víctimas ni daños materiales graves hasta el momento, aunque el pánico se apoderó de muchos cubanos, especialmente en las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín, que fueron las más afectadas. Residentes de Palma Soriano, un municipio en Santiago, compartieron su experiencia: “Sentí que toda la casa se estremecía y salí de inmediato para la calle”, comentó una vecina a 14ymedio.
El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) informó que, aunque los movimientos sísmicos no generaron alerta de tsunami, las provincias orientales de Cuba, ya debilitadas por lluvias y tormentas pasadas, siguen en una situación vulnerable. Especialmente en Guantánamo, que recientemente sufrió la devastación de la tormenta tropical Óscar, que dejó ocho muertos y causó graves daños a viviendas y cultivos.
Este reciente episodio se suma a una serie de terremotos que han afectado a Cuba, una isla ubicada en una zona geológicamente activa, especialmente en la falla Oriente, conocida por su alta actividad sísmica. En 2023, Cuba registró más de 7.400 sismos, con 14 perceptibles, según el CENAIS. Aunque el mayor terremoto documentado en la isla ocurrió en 1932, con una magnitud de 6.7, los temblores recientes resaltan el constante riesgo sísmico que enfrenta el país.
El temblor de este fin de semana llega en un contexto de grave crisis humanitaria en la isla. Cuba aún se recupera de los devastadores efectos de huracanes y apagones masivos, como el ocurrido el jueves pasado debido al impacto del huracán Rafael, que dejó al país sin electricidad durante más de tres días.
A pesar de la ausencia de víctimas mortales por los terremotos, el pueblo cubano continúa lidiando con los efectos de la crisis económica, los desastres naturales y los problemas estructurales que afectan su infraestructura. En este contexto, los terremotos refuerzan el clima de incertidumbre que vive la población.
Las consecuencias de estos cortes de varias jornadas son imposibles de listar: de la paralización del tejido productivo a la pérdida de los alimentos refrigerados en tiendas y hogares, de las colas en los servicentros (gasolineras) a la suspensión del abasto de agua, pasando por la paralización de las escuelas y las afectaciones en hospitales, el transporte y el preciado sector turístico.
Sin embargo, el drama que viven los cubanos no es nuevo. El país se encuentra sumido desde hace cuatro años en una grave crisis. A los prolongados apagones diarios se suma la escasez de básicos (alimentos, medicinas, combustible), una inflación que ha triplicado los precios, una creciente dolarización y una oleada migratoria sin precedentes.
La pandemia y las políticas fallidas de la dictadura castrista han agudizado problemas estructurales de la economía cubana.
Esta situación de desesperación ha llevado a decenas de cubanos a manifestarse en las calles contras las autoridades del régimen. Pero, una vez más, la dictadura respondió con represión.
debido a lo que calificaron como “alteraciones del orden” en el marco de las protestas que surgieron a raíz del apagón generalizado provocado por el huracán Rafael.
Las detenciones ocurrieron mientras gran parte del país recuperaba la electricidad, y coinciden con denuncias de organizaciones de derechos humanos sobre citatorios y arrestos en estaciones de policía en La Habana, Mayabeque y Ciego de Ávila.
En un comunicado, la fiscalía cubana señaló que en esas zonas del país “se tramitan procesos penales por delitos de atentado, desórdenes públicos y daños”, sin precisar el número de detenidos ni más detalles sobre las circunstancias de los arrestos.
Según la dictadura, los detenidos permanecerán bajo “prisión provisional” debido a actos de “agresión hacia autoridades e inspectores” que, de acuerdo con el comunicado, provocaron “lesiones y alteraciones del orden”.