La presidencia de la Cámara de Representantes en Colombia, a cargo de Jaime Raúl Salamanca, enfrenta serias críticas por su manejo del debate parlamentario y las garantías ofrecidas a los representantes, especialmente aquellos en la oposición al gobierno del presidente Gustavo Petro. Desde su posesión, hace poco más de tres meses, Salamanca prometió un ambiente de diálogo y escucha, pero hoy la situación parece alejarse de esa visión inicial.
Apenas 90 días después de asumir el cargo, el clima en la Cámara se ha vuelto tenso. Los reclamos sobre la falta de garantías para la participación en los debates han aumentado, con acusaciones que van desde la restricción del uso de la palabra hasta la denuncia de violencia política y machismo. Los representantes de la oposición, en particular, han expresado su descontento con el manejo autoritario que perciben por parte de Salamanca.
Un episodio emblemático ocurrió la semana pasada, cuando el representante del Centro Democrático, Óscar Villamizar, fue abruptamente interrumpido por Salamanca mientras reclamaba su derecho a hablar. Este enfrentamiento culminó en una sanción impuesta por el presidente de la Cámara, lo que Villamizar interpretó como una manifestación de violencia política. «Esta curul usted no me la regaló, señor. Yo tengo derecho a hablar», protestó el congresista.
Otro incidente similar se produjo el 1 de octubre, cuando el representante Jhon Jairo Berrío, también del Centro Democrático, confrontó a Salamanca por negarle el uso de la palabra en medio de la discusión sobre una reforma laboral crucial. Estos episodios reflejan un patrón de comportamiento que muchos críticos consideran inaceptable en un líder de la Cámara.
La oposición ha calificado el estilo de Salamanca como autoritario, sugiriendo que está más interesado en silenciar voces críticas que en facilitar un debate constructivo. Las tensiones han escalado hasta el punto de que se han presentado denuncias formales ante la Procuraduría y la Comisión de Acusación, acusando al presidente de la Cámara de violencia política.
El contexto actual es especialmente delicado, dado que se están discutiendo reformas significativas que impactan directamente la vida de los colombianos. La falta de un diálogo abierto y la percepción de un liderazgo opresivo han llevado a la oposición a cuestionar no solo la capacidad de Salamanca para presidir, sino también la salud democrática de la Cámara en su conjunto.
En este panorama, la figura de Jaime Raúl Salamanca enfrenta un reto considerable. La necesidad de recuperar la confianza de sus colegas y garantizar un espacio para todas las voces en el debate legislativo es crucial. La comunidad política y los ciudadanos están a la expectativa de cómo se resolverán estas tensiones y si se logrará restablecer un ambiente propicio para el diálogo democrático en el Congreso.
Representantes como Carolina Arbeláez (Cambio Radical), pero también de la propia bancada de Gobierno como Katherine Miranda o Catherine Juvinao (Alianza Verde) llamaron la atención incluso por machismo y misoginia, alegando que a Salamanca le incomoda la participación de las mujeres de la oposición.
“Nos ignora, nos cierra el micrófono, no les da trámite a nuestras proposiciones. Tampoco atiende las mociones que hacemos. Qué difícil es ser mujer en la política (…) no tenemos las garantías para poder participar. Hemos sido víctimas de violencia política por parte del presidente. Es autoritario. Solo les da un minuto a los congresistas para hablar de un artículo o un bloque de artículos. El misógino y arrogante presidente de la Cámara tendrá que empezar a respetar a las mujeres”, alegó.
Coincidieron tres fuentes de diversas colectividades que accedieron a hablar bajo el anonimato para evitar represalias de la mesa directiva, Salamanca –que llegó al Congreso en 2022 con la bendición y respaldo del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, uno de los pesos pesados de los verdes– “está abusando de su posición” y actúa casi como un dictador. “Se le nota la falta de experiencia y manejo”, agregó una de las fuentes.
“No ofrece garantías. Está empeñado en sacar adelante las reformas de Petro sin importarle pasar por encima de todos”, declaró un congresista independiente. “Cuando pensamos que las presidencias de David Racero o Andrés Calle no podían ser peores, llegó Salamanca a atropellar los derechos de todos. No es solo contra la oposición”, manifestó otra congresista.
El representante advirtió además que hay un sector que busca “encasillarlo como petrista”, con todo y que reconoció que votó en segunda vuelta por el hoy Presidente y reconoce varios de sus logros. Para Salamanca, a la polarización que se vive en las calles se suma la estrategia de opositores que apuestan a que “todo fracase”.
“Nadie puede decir que para debatir se cerró el micrófono. En lo que sí he sido riguroso es en no darle paso a estrategias dilatorias. El debate que sea bienvenido, pero la plenaria no puede estar secuestrada en la polarización (…) acá no hay congresistas de primera ni de segunda. Todos tienen el mismo trato”, agregó.
La disputa promete seguir subiendo, lo que enrarecería el trámite de las reformas del Gobierno. De hecho, esta misma semana se tiene previsto que arranque el debate de la reforma política y mientras la oposición sigue exigiendo garantías, Salamanca pide hacer las paces e invita a los críticos a tomarse un café. “El llamado es a que nos escuchemos. Todos tenemos que poner de nuestra parte. Hay que tramitar las diferencias en paz”, precisó el congresista.