La reactivación económica post pandemia ha incentivado el turismo y con este, la formulación de diferentes modelos inmobiliarios para atender la demanda de turistas y ofrecer alternativas de inversión rentables.
Tal es el caso de la vivienda turística, la cual se ha convertido en una opción atractiva de inversión al brindar servicios de alojamiento de corto plazo con todas las comodidades de un hotel.
Estos proyectos se caracterizan porque incentivan a que los promotores adelanten no solo la construcción, sino también la operación y comercialización turística de las unidades resultantes del proyecto.
Esto mediante esquemas de propiedad horizontal, con propietarios individuales de cada una de las unidades, o esquemas fiduciarios que sean dueños de la totalidad del edificio.
Si se opta por un modelo de propiedad horizontal, es posible que el administrador de la propiedad horizontal y el operador de las unidades sean la misma persona.
Jacques Simhon, Socio de CMS Rodríguez-Azuero afirma que “en estos casos generan economías de escala, traduciéndose en mayores oportunidades de rentabilidad de la inversión inmobiliaria, en menores costos de las tarifas de colocación de los apartamentos y en la generación de ingresos para la copropiedad que disminuyen el valor de las expensas de administración”.
Regulación actual
Bajo la regulación colombiana, estos proyectos deben acogerse al marco normativo para la prestación de servicios turísticos, entendida como la actividad de arrendar por periodos inferiores a 30 días o ejercer labores de intermediación con fines turísticos, debiendo cumplir con ciertas obligaciones.
La vivienda turística debe inscribirse al registro nacional de turismo, pagar la contribución parafiscal para la promoción del turismo, estar autorizada la vivienda turística en el reglamento de propiedad horizontal (si lo hay), realizar el reporte ante Migración Colombia del hospedaje y salida de extranjeros, y establecer normas de autorregulación para la prevención de la explotación de pornografía y turismo sexual con niños, niñas y adolescentes, entre otros requisitos.
Para aquellos proyectos pensados bajo esquema de propiedad horizontal, se plantean unas reformas por medio del Proyecto de Ley 301 de 2020 que tienen impacto en la operación de viviendas turísticas.
El éxito de estos proyectos radica en una planeación oportuna de la forma como se pretende llevar a cabo la operación turística, considerando la regulación actual y las ventajas o desventajas que implican adelantar los proyectos de vivienda turística a través de propiedad horizontal o esquemas fiduciarios, y el modelo de comercialización de estas. Lo cierto es que este es un modelo de proyecto que resulta bastante atractivo para inversionistas considerando la coyuntura post pandemia.