Mientras se el país se mantiene la incertidumbre de si se permite la exploración de yacimientos de hidrocarburos y el Gobierno se enreda en la transición energética, a la vista aparece la disminución de crudo.
Tanto es así, que la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) en su último informe ‘Tendencias y Perspectivas del sector Petrolero y Gas en Colombia’, advirtió las consecuencias que tendría el país por una menor producción de hidrocarburos.
Uno de los problemas para el país es que entre 2027 y 2035 van a dejar de entrar a las finanzas de la Nación más de $40 billones, esto por concepto de recaudo de impuesto de renta, regalías, derechos económicos y otros impuestos.
De allí, que el presidente del gremio, Frank Pearl, señalará en rueda de prensa, que “la inversión en exploración y producción de hidrocarburos es clave para la seguridad energética y la sostenibilidad fiscal de Colombia”.
En su análisis, el gremio afirma que no se alcanzará la producción de petróleo prevista en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), en el que se prevén 769.000 barriles diarios de petróleo (kbpd).
Exploración:
“La única manera de incrementar la producción de hidrocarburos de manera sostenible es a través de exploración, la cual se refleja en incorporación de nuevas reservas: sin exploración no hay reservas y sin reservas no hay producción”, señaló Pearl.
Para 2024, se estima una inversión total en exploración y producción de hidrocarburos de US $4.600 millones, lo cual representa una caída del 5% frente a 2023. En exploración, de US $1.100 millones, y en producción, de US $3.500 millones; sin embargo, a la fecha se han perforado 11 de los 40 pozos exploratorios proyectados, lo indica que la meta de inversión en exploración no se cumpliría.
En cuanto a producción, en petróleo se estima un promedio de 780 -790 kbpd, y en gas, un potencial de producción de 1.020 MPCD.
Asimismo, en materia de reservas, las de gas han caído un 58% en los últimos 12 años, y la vida útil de las de petróleo está cambiando su tendencia, ahora a la baja. De manera que, los niveles de reservas no son suficientes para garantizar, en el mediano y largo plazo, la sostenibilidad energética y fiscal del país.