El próximo 28 de julio, es decir, dentro de un mes exactamente, los venezolanos asistirán a las urnas para el que es, sin duda, el reto político más importante en el último cuarto de siglo. Y no es para menos: cada voto que se deposite ese día en el marco de los comicios presidenciales podría ser determinante para poner fin a 25 años del régimen chavista, el mismo que sumió en la pobreza, la quiebra económica, la dictadura, la diáspora masiva de población, el desbarajuste institucional y la ruta de un “Estado fallido” a la otrora rica nación y potencia petrolera mundial.
Pese a que el cuestionado gobierno de Nicolás Maduro ha puesto en práctica todas las maniobras autoritarias y trampas posibles para arrinconar a la oposición, esta no se rinde y, por el contrario, su candidato Edmundo González encabeza hoy las encuestas más creíbles.
Escogido a última hora a finales de abril, luego de que el régimen y los cooptados máximos tribunales Electoral y de Supremo de Justicia se conjuran para vetar a la aspirante única María Corina Machado (ganadora absoluta de las primarias opositoras en octubre pasado) y a su obligado reemplazo, Corina Yoris, este exdiplomático, analista internacional e integrante de la Mesa de la Unidad Democrática, logró en dos meses algo que pocos creían: concitar en torno suyo el deseo mayoritario de los venezolanos para poner fin, de una vez por todas, a la dictadura.
La ‘jugadita’ chavista salió mal. Pensaron que sacando de carrera a Machado y la designada para reemplazarla en la contienda presidencial, la oposición se fragmentaría en mil pedazos y quedaría el camino libre para que la satrapía ganará el 28 de julio y asegurara cinco años más en el poder. Sin embargo, no previeron dos elementos sustanciales. El primero, que Machado continuaría en campaña en todo el país, encabezando mítines multitudinarios y llevando a cada rincón de Venezuela un mensaje claro y directo: llegó la hora del retorno a la democracia, la libertad, el orden y la institucionalidad. Y, segundo, que el fuerte deseo de cambio de las mayorías no se reprimió ni resignó por las maniobras torticeras de la dictadura y en cuestión de semanas llevó a un inicialmente desconocido González a liderar las preferencias electorales.
Sin embargo, a treinta días de las urnas la plataforma antichavista sabe que no tiene nada ganado. Por el contrario, es consciente de que un visiblemente preocupado candidato-presidente Maduro y sus dos principales alfiles, Diosdado Cabello y Delcy Rodríguez, siguen orquestando estratagemas para debilitar o incluso sacar de carrera proselitista a González y los principales líderes opositores. Se sabe que hay en marcha planes para inhabilitar al puntero de las encuestas, procesar y encarcelar a Machado y otros dirigentes políticos opositores e incluso no se descarta que el régimen termine por suspender la cita en las urnas ante la creciente evidencia de que, sin incurrir en un fraude electoral de escala nacional, seguramente perderá el poder. Todo ello se podría concretar en las próximas cuatro semanas y de allí que la comunidad internacional debe estar con las máximas alertas porque el gobierno autoritario ha dejado en claro que no piensa respetar un resultado político adverso.
Como era previsible, pese a algunas movidas engañosas del Palacio de Miraflores y los pocos gobiernos aliados que tiene en el planeta, los comicios no contarán con vigilancia y veeduría extranjera. También es sabido que el software de votación y la organización electoral están al servicio de Maduro y este no dudará en manipularlo para falsear los resultados.
Pero, aun así, es tal el apoyo a González en cada municipio y estado venezolano, incluso en los otrora más chavistas, que el régimen se expone a un alzamiento popular si desconoce el dictamen democrático. Aunque las Fuerzas Militares y de seguridad le son fieles a la dictadura, también saben que esquilmarles el triunfo a las mayorías opositoras las pondría contra la pared. Sería suicida y criminal utilizar las armas contra el pueblo inerme.
Habrá que estar pendiente de lo que ocurra en Venezuela en las cuatro semanas que vienen. Es muy posible que la satrapía haga movimientos desesperados y sin antecedentes. Las medidas populistas de los últimos meses no han dado el resultado esperado para el Palacio de Miraflores y la opción de una represión violenta siempre está a la mano del régimen. La ciudadanía, sin embargo, ha perdido el miedo en muchas zonas y se moviliza masivamente para apoyar a Machado y González. De hecho, desde ya se asegura que la participación de votantes en las presidenciales marcará récord al cumplirse 25 años de la llegada al poder de Chávez, quien es claro asumió amparado en la ruta institucional, pero al poco tiempo derivó en una dictadura. Por eso, el 28 de julio es una fecha clave: el día del retorno a la democracia.