Fue por lana y salió trasquilado. Esa podría ser la conclusión de lo qué pasó con el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, quien finalmente logró que le dieran puesto en la Jurisdicción Especial para la Paz.
En lo que fue su última oportunidad para ingresar a la justicia transicional, la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas aceptó de manera excepcional el sometimiento de Mancuso como sujeto incorporado a la fuerza pública. Sin embargo, los beneficios no le van a llegar de manera automática.
Hay puntos novedosos en la decisión de la JEP. El primero es que lo recibió con una figura controvertida y es como si fuera agente del Estado. La JEP lo juzgará a partir de su condición de conexión entre las Autodefensas y la Fuerza Pública. Con ello, podrá acceder a beneficios jurídicos que se tendrán que delimitar posteriormente.
Sin embargo, y este es el segundo punto novedoso, no necesariamente quedará en libertad porque la JEP asumirá conocimiento solamente sobre los procesos que en este momento la justicia ordinaria adelanta en contra de Salvatore Mancuso, pero no los procesos que se le adelantan en la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá.
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Esto quiere decir que si bien la JEP podría dejarlo en libertad por los procesos suyos que asuma, Justicia y Paz podría ordenar su detención. Cabe recordar que la condena que pagó Salvatore Mancuso en Estados Unidos tuvo que ver con hechos relacionados con narcotráfico y no con los casos por los que ya lo condenó la jurisdicción de Justicia y Paz.
En dos sentencias de 2014, Justicia y Paz condenó a Mancuso a 40 años de cárcel por un total de 1.500 crímenes que incluyen incursiones, masacres, homicidios de varias índoles, soborno, narcotráfico y uso indebido de insignias militares.
Al término de la audiencia de este viernes 17 de noviembre en la que la magistrada Heydi Baldosea, presidenta de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas anunció el sometimiento de Mancuso, se tuvo que explicar cómo será el mecanismo para determinar la libertad de Mancuso.
En ese contexto, los togados que llevaron el caso explicaron que al exjefe paramilitar se le van a mantener sus garantías de libertad, pero únicamente por los hechos que fueron cometidos como “incorporado a la Fuerza Pública”, que fue el término que utilizaron. Es decir, vale insistir, que la JEP no tiene injerencia en las decisiones que se tomen en el marco de los delitos cometidos en su condición de paramilitar, pues eso es cosa que juzgará el tribunal de Justicia y Paz.
“La categoría en que Mancuso ingresa a la Jurisdicción Especial para la Paz da otra posibilidad de competencia personal. La JEP como justicia transicional debe tener en cuenta que también existe Justicia y Paz que conoció y sentenció a Mancuso como jefe paramilitar. En ese sentido, Justicia y Paz mantiene su competencia y resolverá la libertad de Mancuso”, explicó la togada Baldosea
Si bien los magistrados determinaron que efectivamente Mancuso ejerció un rol de bisagra o punto de conexión entre paramilitares y la fuerza pública, y que su aporte a la verdad fue suficiente para ser aceptado, la JEP explicó cómo se tendrá que definir la situación jurídica del exparamilitar, sobre todo en lo relacionado con su libertad.
“Si el proceso continúa aquí en la JEP en lo que corresponde a los aportes de verdad y el sometimiento del señor Mancuso a futuro, las eventuales responsabilidades o situaciones que comprometan su libertad deben ser garantizadas por los beneficios de la JEP, porque ha ingresado y se ha sometido para esos macro casos y a partir de la posición que le reconoce la subsala y la sala de definición de situaciones jurídicas en este momento”, apuntó el magistrado Pedro Díaz, también de la Sala de Definición de Situación Jurídica.
¿Qué pasará con sus confesiones?
Existe gran expectativa por el impacto y el manejo que la JEP puede dar a las declaraciones de Mancuso. De hecho, ayer trascendió que en audiencia reservada en la JEP el jefe paramilitar habría afirmado que el ex presidente Álvaro Uribe como gobernador tuvo conocimiento de la operación que derivó en la masacre del Aro.
Este bandido de Salvatore Mancuso tendrá que probar que yo sabía del Aro. Repito, nunca se reunió en el Ubérrimo conmigo, nunca hablamos, no pasé de cruzarnos saludos por mi vinculación a Montería y sin que se supiera que era bandido.
Logros de la dolosa teoría bisagra de la…— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) November 17, 2023
También, como ha sido público, Mancuso ha tratado de salpicar a Francisco Santos e incluso al ex presidente Andrés Pastrana en hechos diferentes.
Sin embargo, la JEP no puede investigar a ex presidentes razón por la cual no podría abrir un proceso sobre ninguno de los señalamientos de Mancuso hacia ellos. Eso no significa que no pase nada con sus declaraciones en estos aspectos, pues la JEP sí podría compulsar copias de lo dicho por Mancuso a la Corte Suprema o a otras instancias judiciales, pero para nadie es un secreto que en algunos sectores de la Jurisdicción Especial para La Paz habría interés en hacer este tipo de procedimientos.
Una entrada excepcional a la JEP.
En junio de 2020, la jurisdicción nacida del Acuerdo de Paz de 2016 rechazó conocer los procesos que la justicia ordinaria llevaba contra el exjefe paramilitar. Es decir, desestimó su sometimiento. El argumento principal fue que Mancuso perteneció al paramilitarismo, algo que se salía de la “competencia personal” de las Salas de Justicia de la JEP.
Por regla general, la Jurisdicción Especial no admitía a miembros del paramilitarismo. Sin embargo, con el paso de los años, se dio la apertura del macrocaso 08 (crímenes de la Fuerza Pública en asociación con paramilitares) y la adopción de ciertos criterios jurídicos, por lo que se abrió una puerta por la que Salvatore Mancuso pudo encajar.
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Así, en 2022, tras una apelación de Mancuso, la Sección de Apelación del Tribunal para la Paz decidió que el excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia podría tener una última oportunidad bajo la figura de “sujeto incorporado funcional y materialmente a la Fuerza Pública”, bajo la premisa de que podría ser “bisagra o punto de conexión entre los aparatos militar y paramilitar”.
El sometimiento de Mancuso a la JEP de entrada sienta un precedente para que otros paramilitares se puedan acercar a la justicia transicional, teniendo en cuenta que hasta el momento han rechazado alrededor de 1.700 solicitudes de exparamilitares o agentes del Estado que no hacen parte de las Fuerzas Militares.Lo novedoso en este caso es que se lograron demostrar conexiones estrechas con militares y policías.
En ese contexto, hay otros paramilitares que están pidiendo pista en la JEP, entre ellos está Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, y Hugo Aguilar, exgobernador de Santander.
Por su parte, Mancuso recibió la noticia de entrada a la JEP en una cárcel en Georgia, Estados Unidos. Pero ahora se debe preparar para regresar a suelo colombiano, donde lo esperan los procesos en la justicia transicional y el nombramiento de Petro como gestor de paz.
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