Tras una semana de guerra sin condenar el ataque terrorista de Hamás en Israel y mostrar un apoyo irrestricto a Palestina, el presidente Gustavo Petro se enfrenta a la peor crisis diplomática de su Gobierno: una pelea que ya generó la primera sanción israelí y que amenaza con una suspensión total de las relaciones exteriores.
Y no es para menos. En estos ocho días de la incursión de Hamás en territorio israelí, Petro ha señalado a Israel de “genocida”, “asesino” y hasta “nazi”, calificativos que no le corresponden a un jefe de Estado y que, por su puesto, ya pusieron en jaque la relación binacional que ha dado frutos positivos para ambas naciones durante las últimas cinco décadas.
Pese a que las tensiones iniciaron desde el mismo 7 de octubre, cuando estalló la guerra y Petro decidió apoyar inmediatamente a Palestina, la decisión más agresiva ocurrió este domingo con el anuncio de que Colombia enviaría “ayuda humanitaria a Gaza”, la ciudad fronteriza que ha estado recibiendo atentados de Israel como respuesta al ataque inicial de Hamás.
Como afrenta adicional, el jefe de Estado pidió una Asamblea General de la Organización para Naciones Unidas, ONU, con la que pretende una sanción colectiva de los países miembros por la violación al Derecho Internacional Humanitario en la Franja de Gaza y el asesinato a cientos de palestinos inocentes que están denunciando mandatarios en todo el mundo.
Con todo eso, la respuesta de Israel fue un duro portazo a las relaciones comerciales que vino desde un alto mando del Gobierno y con un tono amenazador.
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“Por instrucción del Ministro de Relaciones Exteriores Eli Cohen, el subdirector general para América Latina en la cancillería israelí, Emb. Jonathan Peled, convocó a la embajadora de Colombia en Israel, Margarita Manjarrez, para una conversación de reprimenda, tras las declaraciones hostiles y antisemitas del presidente de Colombia, Gustavo Petro, contra el Estado de Israel, durante la última semana (…) como primera medida, Israel decidió detener las exportaciones de seguridad a Colombia”, informó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, Lior Haiat.
Es de recordar que Israel le provee a Colombia fusiles galil, que son utilizados por las Fuerzas Armadas colombianas, inclusive Israel le facilitó a Colombia la patente para que Indumil los fabricara con piezas israelíes. De allá también provienen los aviones Kfir, baterías antiaéreas, tanques y radares, drones, los misiles tipo Spike utilizados en los helicópteros arpía, vehículos blindados, municiones, morteros y sistemas marítimos, entre otros. Eso sería lo primero que Israel le retiraría a Colombia.
Pero a Petro no le bastó con esa crisis y contraatacó con un ultimátum peor: “Si hay que suspender las relaciones exteriores con Israel, las suspendemos”, y remató: “Nosotros no apoyamos genocidios”.
De hecho, el jefe de Estado se tomó esa reacción a modo personal y dijo en un tono retador que “al presidente de Colombia no se le insulta”.
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Perder un gran aliado
Lo cierto es que el presidente Petro no se enfrenta a una pelea a título personal, sino que pone en riesgo una relación muy fructífera para Colombia con un aliado potente ante el mundo y ante Estados Unidos, el histórico socio estratégico de Colombia.
Para el experto Mauricio Perfetti, exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), y experto en economía exterior, la pérdida sería incalculable teniendo en cuenta el TLC y los avances tecnológicos y de innovación en los que Israel no tiene competidor en el mundo.
“Es un país al que Colombia le exporta café, carbón, flores y partes para aeronáutica. Por eso es una pérdida mayor, porque todo lo que signifique para el país exportar menos es un resultado económico malo. A eso súmele que le viene creciendo la deuda externa del país. El daño es grave (…)”, aseveró Perfetti. Y en eso concuerda el exministro de Comercio y de Hacienda José Manuel Restrepo, quien fue uno de los negociadores claves de Colombia para el TLC que rige actualmente y que peligra por una eventual suspensión de relaciones exteriores. Según él, Israel es el país con mayor tasa de crecimiento de exportaciones, “con más de un 200% anual” y, además, es un aliado estratégico en temas de defensa nacional.
“Buena parte de la tecnología que utilizan nuestros actores de Defensa vienen de Israel y por lo tanto es un actor protagónico en este frente. No solamente en para proveer, sino también en servicios y consultoría en materia de seguridad”, dijo.
En cifras concretas, el Dane reportó que Colombia exportó 375 millones de dólares a Israel entre enero y agosto de 2023, lo que representa el 1,15% del total de exportaciones. Ya en cifras más globales, el Banco de la República estimó que la Inversión Extranjera Directa de Israel durante los últimos 10 años fue por 33 millones de dólares, “una cifra para nada despreciable”, como dice Restrepo.
No condenar a Hamás
Ahora bien, la falla de Petro en todo esto no es apoyar la población de Gaza que, según ha denunciado la comunidad mundial, atraviesa por una de las peores crisis de su historia por cuenta de los ataques “desmedidos” de Israel (ver recuadro abajo). El error, más bien, ha sido no condenar los ataques de Hamás y categorizarlos como terroristas, una decisión que sí han tomado importantes autoridades en Derechos Humanos como la ONU y Human Rights Watch y presidentes de todo el mundo, entre ellos izquierdistas como Gabriel Boric, presidente de Chile, y Pedro Sánchez, mandatario español.
“Cuando el Presidente Petro condena las operaciones del Ejército Israelí en Gaza, dice una verdad evidente. Se trata de violaciones masivas de los derechos de toda una población.
En lo que se ha equivocado, es en que ante el primer acto, la arremetida terrorista contra Israel, incluyendo también población civil, omitió de manera reiterada una condena equivalente.
Un tratamiento sesgado, deliberadamente unilateral e insostenible”, analizó el exnegociador de paz y senador Humberto de la Calle.