Ya es un hecho la extradición a los Estados Unidos de Dairo Antonio Úsuga David, alias «Otoniel», el máximo cabecilla del llamado clan del golfo, aunque este tiene diez días de plazo para impugnar la decisión.
El jefe del Estado reportó a través de su cuenta en Twitter que firmó la extradición de alias «Otoniel», tras la aprobación impartida por la Corte Suprema de Justicia a la solicitud formulada por los Estados Unidos para enjuiciarlo por delitos de narcotráfico.
Previamente, el primer mandatario había celebrado la decisión de la Corte Suprema de Justicia de avalar la entrega de alias «Otoniel» a la justicia estadounidense.
Además advirtió: «Toda extradición de este tipo de delincuentes, no es obstáculo para que se siga compareciendo a los llamados de la justicia colombiana y, además, bajo el principio de la reparación por crímenes que han ocurrido en Colombia. Volverá al país a pagar sus penas».
La solicitud de extradición fue formalizada por el Gobierno de los Estados Unidos por medio de la Nota Verbal N° 22458 de 23 de noviembre de 2021, para que comparezca en juicio por el delito de «concierto para delinquir».
Concretamente, la Corte para el Distrito Sur de Florida lo acusa de concertarse «con múltiples socios en Colombia, Venezuela, Ecuador, Guatemala, Panamá, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, México y en otras partes, para elaborar y transportar miles de kilogramos de cocaína desde Colombia a través de Centroamérica y México con el objetivo final de su importación a los Estados Unidos».
La Corte para el Distrito Este de Nueva York lo reclama también por los delitos de «Distribución internacional de cocaína», «concierto para cometer asesinato», «Concierto para la elaboración y distribución internacional de cocaína» y «Uso de armas de fuego con el fin de fomentar el tráfico de drogas».
Según la Corte Suprema de Justicia, el país requirente lo acusa de concertarse con otras personas para «importar miles de kilogramos de cocaína de Colombia a México y Centroamérica para su importación final a los Estados Unidos», con base en el control territorial que ejercía en varias zonas de Colombia, para lo cual «empleaba “sicarios” o asesinos a sueldo, quienes llevaban a cabo diversos actos de violencia, como asesinatos, agresiones, secuestros y atentados».