Solo faltan tres días para la primera vuelta y los propios candidatos presidenciales se han encargado de sembrar desconfianza en los comicios, lo cual se suma al hundimiento de contratar una auditoría internacional al software de elecciones. Todo ensombrece el ambiente con teorías de fraude.
De forma irresponsable, desde Gustavo Petro hasta el expresidente Andrés Pastrana han agitado narrativas de golpes de Estado y la suspensión –imposible– de las elecciones, pero ninguno ha presentado pruebas de ello.
La polémica está servida y cada día los distintos actores políticos se han encargado de sembrar nuevas dudas. No solo Petro, sino también Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo dijeron en el debate de Semana y El Tiempo que sienten desconfianza en el registrador Alexánder Vega, a quien los partidos de todas las orillas se han dedicado a cuestionar duramente por el desastre del 13 de marzo.
En ese contexto, el ministro del Interior, Daniel Palacios, llamó a los partidos a aceptar los resultados electorales sin importar si el resultado les es favorable o no (ver nota anexa).
Lo ideal, pese al ambiente enrarecido, es que la ciudadanía pueda votar tranquila y que el proceso –no exento de polémicas y enredos– demuestre su funcionalidad después de las modificaciones que la Registraduría hizo para este 29 de mayo.
Tres de los grandes temas de preocupación entre los candidatos tienen que ver con la auditoría internacional, el preconteo y el escrutinio, y la supuesta baja inscripción de testigos electorales de las campañas.
¿Habrá auditoría internacional?
Empezando por la vigilancia internacional independiente, el presidente Iván Duque insistió desde Davos, Suiza, en que es necesario contratar este servicio solicitado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), los partidos políticos y la Misión de Observación Electoral (MOE).
La plata se aprobó el pasado 2 de mayo, cuando el Ministerio de Hacienda dio luz verde a un contrato de más de $3.000 millones para la revisión de los softwares.
Sin embargo, faltando menos de una semana para las elecciones este no se firmó. La empresa costarricense Datasys no cumplió con los requisitos y la alemana Decalog desistió. El CNE dijo que los empleados de la segunda no hablaban español, pero también pasó que la empresa no quería verse inmiscuida en unas elecciones en las que ya hay demasiada polémica. Sin importar el resultado, su nombre se vería afectado.
Ahora bien, nada de esto implica que las elecciones no vayan a tener auditoría o vigilancia, ya que desde el año pasado se firmó un contrato con la firma Jahv McGregor S.A.S. para llevar a cabo la tarea.
El contrato con la Registraduría es para los procesos electorales “a llevarse a cabo en los años 2021 y 2022”. El monto es de $10.857 millones: $4.021 millones para los procesos del 2021 y $6.836 millones para los de este año.
El apretón de tuercas de la Registraduría
Por otro lado, la autoridad electoral tuvo que hacer varios cambios al paso a paso de las elecciones, después de todos los cuestionamientos que le cayeron después del 13 de marzo, en las legislativas.
Uno de los cambios cruciales fue la reselección de los 670.367 jurados de votación de todo el país, después de que se encontraran 22.255 fallas en las mesas de dichas votaciones. 5.109 de esas inconsistencias tendrían indicios de dolo y por eso la Organización Electoral le entregó un informe a la Fiscalía y a la Procuraduría para que tomaran medidas.
Además, durante el proceso de reconteo se realizará un doble reporte. Es decir que después del preconteo, cuando se haga la transmisión de los datos, el receptor repetirá la información para verificar que esté corrcta.
Y también se rediseñaron los formularios E-14 ampliando su tamaño e incluyendo fotos de los candidatos, para facilitar el trabajo de los jurados.
A esto se suman los ojos internacionales, pues más de 27 organizaciones van a estar presentes y ocho son misiones de carácter técnico, incluyendo a la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos.
Según el registrador Vega, estas serán “las elecciones más vigiladas de la historia”, pues habrá miles de ojos puestos en el proceso, aunque hay serias dudas sobre si estas serán suficientes. Y no solo por cuenta de la auditoría internacional que –todo indica– ya no fue, sino también por la falta de suficientes testigos electorales.
Faltan testigos de los partidos políticos
Tanto el CNE como la Registraduría les jalaron las orejas a los partidos porque no han inscrito suficientes testigos electorales. La campaña de Federico Gutiérrez cuestiona que ha tratado de inscribir a más de 60.000 personas, pero que supuestamente la Registraduría solamente ha avalado 1.800.
Pero esta autoridad dice algo completamente diferente. Sus cifras indican que en total se han postulado 26.918 testigos, de los cuales 24.157 corresponden al Pacto Histórico –que lleva semanas trabajando en un mecanismo monumental para que no se lepierda ni un voto–; 2.456 al Equipo por Colombia; 129 a la Coalición Centro Esperanza; 46 a la Liga de Gobernantes Anticorrupción; 229 de Salvación Nacional y 1 de Verde Oxígeno.
Con todo, las campañas están a tiempo para postular a sus testigos de aquí al 28 de mayo. Y pueden hacer auditoría interna, como el propio CNE los invitó a hacerlo.
De cualquier forma, la mirada de todo el país estará sobre el paso a paso y se espera que, a diferencia de lo ocurrido en marzo, los mecanismos de blindaje sirvan para evitar una catástrofe reputacional al proceso democrático-