La decisión del presidente de Perú, Pedro Castillo, de decretar un Gobierno de excepción y disolver el Congreso sumió el miércoles al país en una profunda incertidumbre. El maestro rural fue destituido y detenido tras perder el apoyo del Ejército.
El Tribunal Constitucional calificó de “golpe de Estado” las medidas anunciadas, que incluían una reorganización del sistema de justicia y el toque de queda.
La vicepresidenta Dina Boluarte juró el cargo de presidenta por la tarde, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar Perú. El mandato de Castillo, marcado por la inestabilidad, termina así tras año y medio de promesas incumplidas y escándalos de corrupción. La Fiscalía de la Nación confirmó por la noche el arresto del político por el presunto delito de rebelión y conspiración. Castillo fue trasladado en helicóptero al penal de Barbadillo, donde cumple prisión desde 2007 el expresidente Alberto Fujimori.