El Gobierno Nacional ha decidido suspender indefinidamente el proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una medida que se produce tras un ataque terrorista perpetrado por esta guerrilla contra una base militar en Puerto Jordán, Arauca. El ataque, ocurrido el 17 de septiembre, dejó un saldo trágico de dos soldados muertos y 25 heridos, de los cuales cinco se encuentran en estado grave.
La noticia fue comunicada por la delegación del Ejecutivo en la mesa de diálogos, liderada por Vera Grabe. En su declaración, Grabe subrayó que la escalada de violencia del ELN y su negativa a avanzar en las negociaciones han sido factores determinantes para esta decisión. «La viabilidad del proceso está severamente lesionada, y su continuidad solo puede ser recuperada con una manifestación inequívoca de voluntad de paz del ELN», expresó en el comunicado oficial.
La reacción del presidente Gustavo Petro fue contundente. Al calificar el ataque como «una acción que prácticamente cierra el proceso de paz con sangre», mostró su descontento ante la situación. Aunque el anuncio formal de suspensión de los diálogos se realizó el 18 de septiembre, estos habían comenzado en noviembre de 2022 como parte de la política de «paz total» del Gobierno.
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La suspensión del proceso de paz plantea serias interrogantes sobre el futuro del diálogo con el ELN y la posibilidad de alcanzar una resolución pacífica al conflicto. Mientras el país observa cómo se desarrollan los acontecimientos, la situación en Arauca y otras regiones afectadas por la violencia guerrillera sigue siendo motivo de preocupación.
La decisión de suspender las negociaciones refleja un momento crítico en el camino hacia la paz, donde la voluntad política y la seguridad nacional deben encontrar un equilibrio difícil de lograr en medio de la adversidad.