Un día después de que presentara su renuncia a la presidencia de la Fiduprevisora, Mauricio Marín se refirió a los factores que rodearon su salida de la entidad tras los problemas que ha tenido la implementación del nuevo modelo del régimen de salud de los profesores.
Vale recordar que la Fiduprevisora, con el nuevo esquema, quedó encargada de la operación de ese sistema de salud, lo que se traduce en, principalmente, hacer la contratación de los prestadores de salud y organizar la red de servicios para los docentes y sus beneficiarios.
En entrevista con La FM, el renunciado presidente explicó que quien diseñó y estableció el modelo fue el consejo directivo del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag), el cual “es presidido por el Ministerio de Educación y el Ministerio de Trabajo”.
Al respecto, Marín dijo que el modelo en implementación “no es inaplicable, sino que requiere tiempo”, pero también reconoció que sí hubo diferencias con el Ministerio de Salud, en cabeza de Guillermo Jaramillo. Sobre esto, dijo que “hay unas propuestas en las que no hemos participado de ellos y si uno no quiere participar, simplemente doy un paso al costado”.
Por otro lado, el funcionario enfatizó en la importancia de la sostenibilidad financiera y de la costo–eficiencia del modelo.
En ese sentido, señaló que uno de los problemas fue cuando el asistente técnico (el Ministerio de Salud) “empiece a dar unas órdenes que, absolutamente, desconocen cómo está configurado el Estado y, sobre todo, la necesidad de que un modelo de estos, que tiene cosas muy positivas (…), tiene que tener una arista importante totalmente cubierta: la costo–eficiencia”.
Sobre esto, hizo una sentencia: “si esto no tiene sostenibilidad en el tiempo, no van a ser sino unos PowerPoints muy bonitos”.
Así mismo, habló sobre las tarifas por servicios de salud en este régimen —que, básicamente, es el precio que van a pagarles a clínicas y hospitales por sus servicios— y la disparidad que tenía con los precios que se manejan en el mercado.
“En el mercado un monitoreo cardíaco está en $5’064.000 y para los maestros en el tarifario del Fomag, resulta que el asistente técnico (Ministerio de Salud) pidió que lo ofertáramos a $36.000; la consulta de especialistas para trasplantes está en $1’076.000 y en el tarifario apareció a $97.000; la apendicectomía en el régimen general está en $2’200.000 y para los maestros estaba en $1’500.000”, contó Marín en la entrevista.
Ante esto, el saliente presidente de la Fiduprevisora expresó que “todas las IPS (instituciones prestadoras de servicios de salud) del país empezaron a decir que estaban por fuera de los precios del mercado y empezaron a tener observaciones y a rechazarnos a nuestra población objetivo de afiliados”.
“Imagínese nosotros saliendo a negociar con esos precios, pues obviamente empezaron a rechazar a los maestros y eso fue lo que vio la opinión pública y lo que los profesores resintieron”, añadió.
Finalmente, Marín salvó de responsabilidad de estos problemas a la Fiduprevisora y al Ministerio de Salud, pues aseguró que “todo esto fue establecido por el Consejo del Fomag”.