“Tengo miedo” de que prohíban TikTok “porque tendré que empezar de cero”, asegura Ayman Chaudhary, una de los millones de creadores de contenido preocupados porque Estados Unidos prohiba su aplicación de cabecera.
“Es mi trabajo a tiempo completo”, añade a la AFP esta residente de Chicago. “Me ha tomado cuatro años llegar a este nivel, en el que puedo mantenerme a mí misma y a mi familia”, sostiene.
Esta semana, Estados Unidos aprobó una ley que obliga al gigante chino del entretenimiento ByteDance a vender TikTok en un plazo de doce meses, de lo contrario la red social podría ser prohibida.
Esto “tendría un efecto devastador para 7 millones de negocios”, consideró un portavoz de la mundialmente popular plataforma de videos cortos, utilizada por 170 millones de personas solo en Estados Unidos.
“Es un impedimento a nuestra libertad de expresión”, denuncia Chaudhary. “Da un poco de miedo vivir en un país en el que el Congreso y el presidente aprueban este tipo de leyes, en lugar de ocuparse de cosas que son realmente importantes, como el control de armas o la salud”, dice.
Aficionada a la lectura, esta joven de 23 años se gana la vida haciendo videos en los que recomienda libros a sus más de 940.000 seguidores en la plataforma. Sus ingresos proceden de la publicidad y de patrocinadores como Spotify y o la compañía de audiolibros Audible.
Se unió a TikTok durante la pandemia de covid-19, pero empezó a tomarse seriamente la aplicación unos meses después cuando algunas de sus publicaciones se hicieron virales.
Para Jasmine Enberg, analista de la consultora Emarketer, “ninguna otra plataforma ofrece este potencial para ser descubierto”.
“El algoritmo de TikTok tiene una capacidad inigualable de hacer emerger contenidos relevantes para cada usuario”, explica.
Precisamente, el éxito de la plataforma, y la preocupación que suscita entre las autoridades estadounidenses, están ligados en gran medida a sus potentes algoritmos.
Instagram, YouTube y Snapchat han imitado este formato de videos cortos, pensados para consumirse como golosinas a gran ritmo, pero no han logrado el mismo nivel de relevancia en sus recomendaciones.