El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió el jueves a las potencias occidentales del riesgo «real» de una guerra nuclear en caso de escalada en el conflicto en Ucrania, en su discurso a la Nación para definir las prioridades del país, a dos semanas de unas elecciones presidenciales sin competencia.
Putin se congratuló por el avance de sus tropas en el frente ucraniano y alertó de las «trágicas consecuencias» si algún país occidental enviaba soldados a Kiev, después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, mencionara esta semana esta posibilidad.
Estos países «hablaron de la posibilidad de enviar a Ucrania contingentes militares occidentales (…) Pero las consecuencias de estas intervenciones serían realmente más trágicas», declaró Putin ante la élite rusa en el Gostiny Dvor, un palacio de congresos cerca de la plaza Roja de Moscú.
«Tendrían que darse cuenta de que nosotros también tenemos armas capaces de alcanzar objetivos en su territorio. Todo lo que ellos inventan en este momento, además de asustar al mundo, es una amenaza real de un conflicto en el que se usen armas nucleares, lo que significa la destrucción de la civilización», dijo.
¿No entienden eso?», se preguntó el mandatario, durante este discurso que duró un poco más de dos horas.
Capacidades militares «multiplicadas»
El líder del Kremlin compareció en mejor posición que hace un año, cuando sus tropas protagonizaban humillantes retiradas en el sur y el noreste de Ucrania después de un intento fallido de tomar Kiev en la primavera de 2022.
Pero desde entonces, la contraofensiva ucraniana del verano fracasó y sus fuerzas se encuentran ahora a la defensiva, con escasez de municiones, y superadas por unos soldados rusos más numerosos y mejor armados.
A mediados de febrero, las fuerzas de Moscú tomaron la ciudad fortificada de Avdiivka, en el frente oriental, y continúan su ofensiva en este sector.
«Se han multiplicado las capacidades militares de las fuerzas armadas (rusas). Avanzan con paso firme en varias zonas» del frente, se felicitó el jueves Putin, añadiendo que «la absoluta mayoría del pueblo ruso» apoya la campaña militar en Ucrania.
Los soldados desplegados en Ucrania «no retrocederán, no fracasarán, no traicionarán», prometió el gobernante, en la conclusión de su discurso.
El mandatario también elogió «la flexibilidad y la resistencia» de la economía rusa que, pese a la avalancha de sanciones occidentales, resiste y se ha centrado en la maquinaria de guerra y en el mercado asiático.
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Silencio sobre Navalni
En sus discursos a la Nación, Putin suele hacer balance del año anterior y fija las orientaciones estratégicas del país.
Este jueves esbozó un programa de aquí a 2030, al término del próximo mandato presidencial que con toda probabilidad logrará en las elecciones sin oposición del 15 al 17 de marzo.
También usó esta plataforma para arremeter contra Occidente, presentado como el enemigo depravado de los «valores tradicionales», defendidos oficialmente por el Kremlin.
«Una familia con muchos hijos tiene que ser la norma», lanzó, en un contexto de graves problemas demográficos en el país, acentuados por el asalto a Ucrania y la huida al extranjero de cientos de miles de personas.
Tras una primera parte de la alocución centrada en la situación internacional, Putin prosiguió con múltiples promesas de ayudas sociales, especialmente para los veteranos y sus familias, y anunció inversiones en infraestructura, educación y nuevas tecnologías, entre otros sectores.
El discurso tuvo lugar en la víspera de los funerales en Moscú de su principal oponente, el militante anticorrupción Alexéi Navalni, fallecido el 16 de febrero en prisión en circunstancias opacas.
Putin, que nunca pronuncia el nombre de Navalni, todavía no ha hecho ningún comentario público, tampoco este jueves, sobre este deceso, que causó conmoción dentro y fuera del país.