«2024 cierra con la ejecución presupuestal más baja desde 2019: el desafío del Gobierno Petro para invertir lo comprometido»
El 2024 está llegando a su fin, pero el Gobierno de Gustavo Petro enfrenta una de las situaciones más complejas en términos de ejecución presupuestal en los últimos años. Según las cifras más recientes publicadas por el Ministerio de Hacienda, con corte a noviembre, solo se ha ejecutado el 80,8% de los recursos comprometidos del presupuesto general de la nación (PGN). Esto significa que aún quedan sin ejecutar cerca de $97 billones de los $503,6 billones aprobados para este año.
La cifra refleja una de las ejecuciones más bajas desde 2019, lo que pone en evidencia los retos financieros que enfrenta el gobierno en un contexto fiscal cada vez más complicado. Aunque ha habido un leve repunte en los últimos meses, el avance sigue siendo insuficiente, lo que deja en evidencia un desajuste significativo en los ritmos de ejecución, especialmente en lo que respecta a la inversión pública, un rubro clave para el crecimiento económico del país.
Bajo desempeño en la inversión
El caso más preocupante es el de la inversión. De los $100 billones destinados para este año en proyectos de infraestructura y desarrollo económico, solo se han comprometido $78,4 billones (78,4%), dejando más de $21 billones sin asignar. Los pagos relacionados con estos proyectos son aún más bajos: solo el 44,8% de las obligaciones (equivalentes a $44,8 billones) han sido efectivamente pagadas. Esta cifra es alarmante, pues refleja un bajo nivel de materialización de los recursos en la economía.
En comparación, el desempeño en la ejecución de la inversión de años anteriores era más favorable. En 2023, la ejecución de la inversión se encontraba en el 81,1%, y en 2022 llegó al 88%. Este rezago plantea serios cuestionamientos sobre la capacidad del Gobierno Petro para utilizar de manera efectiva los recursos públicos, lo que podría afectar no solo el crecimiento económico, sino también el desarrollo de proyectos fundamentales en sectores como infraestructura, salud y educación.
Sectores más y menos comprometidos
Al desglosar los sectores, la diferencia en el desempeño es notable. Sectores como Salud y Protección Social (92,1%), Igualdad y Equidad (91,6%) y Educación (90,2%) destacan por su buen ritmo de ejecución. Sin embargo, otros sectores han mostrado un rendimiento mucho más bajo, como el Ministerio de Hacienda (51,1%), Deporte y Recreación (56,5%) y Trabajo (68,3%), además de la Registraduría, que también se queda rezagada con una ejecución de apenas el 60,1%.
Un ejemplo destacado es el Ministerio de Igualdad, que a noviembre solo ha ejecutado el 3,11% de su presupuesto, lo que ha generado preocupaciones sobre su capacidad para cumplir con sus objetivos. Por otro lado, el Ministerio de Salud ha liderado la ejecución con un 93,05%, lo que contrasta con el bajo desempeño de otros sectores del Gobierno.
El contexto fiscal y el cambio en el Ministerio de Hacienda
La situación financiera del país se agrava con un déficit fiscal estimado en un 5,6% del Producto Interno Bruto (PIB) para este año, el más alto en dos décadas, excluyendo los efectos de la pandemia. Este déficit, junto con la caída en los ingresos tributarios, plantea un escenario difícil para el Ejecutivo, que ha buscado impulsar una reforma tributaria para recaudar $12 billones adicionales, un proyecto que enfrenta oposición desde diversos sectores, especialmente considerando que aún no se han ejecutado los recursos disponibles.
La renuncia de Ricardo Bonilla como ministro de Hacienda y su reemplazo por Diego Guevara añade incertidumbre sobre la capacidad del nuevo equipo para solucionar estos problemas. Guevara hereda un panorama fiscal complicado, y se enfrenta al desafío de equilibrar las finanzas públicas y garantizar que los recursos del presupuesto se utilicen adecuadamente.
La presión sobre la reforma tributaria
El bajo nivel de ejecución también se convierte en un obstáculo para las discusiones sobre la reforma tributaria que el Gobierno Petro planea para 2025. Líderes de la oposición, como el presidente del Senado, Efraín Cepeda, han solicitado al Gobierno que se enfoque en ejecutar los $97 billones que aún están sin invertir, antes de proponer más impuestos a los colombianos.
La presión sobre el gobierno para mejorar la ejecución de los recursos no solo proviene de la oposición, sino también de analistas económicos, que alertan sobre el impacto de este rezago en la estabilidad económica del país. La reforma tributaria, en este contexto, podría verse como una medida menos efectiva si no se logra mejorar la eficiencia en el uso del presupuesto actual.
Desafíos para el futuro económico
Con menos de un mes para cerrar el año, las autoridades colombianas enfrentan semanas cruciales para definir no solo el resultado final de la ejecución presupuestal, sino también el rumbo de sus metas económicas. La baja ejecución de la inversión estatal y las tensiones fiscales siguen siendo los puntos más débiles del Gobierno Petro, lo que podría tener implicaciones graves para la estabilidad económica y el desarrollo del país en los próximos años.
El reto del Gobierno será reactivar la economía utilizando los recursos disponibles y equilibrar las cuentas públicas, un desafío que, si no se aborda con eficacia, podría retrasar el crecimiento económico que se espera tras la pandemia y poner en riesgo los proyectos de desarrollo a nivel nacional.