Justo hace un mes –en medio del arqueo de su primer año de gobierno–, el presidente Gustavo Petro le jaló las orejas a su gabinete y le lanzó un ultimátum del más alto calibre: o ejecutaban con juicio los recursos y comenzaban a darle forma a sus promesas de campaña o se iban del Gobierno. No era para menos: de cada $1.000 comprometidos, apenas $474 habían sido ejecutados. Hoy los números, a escasos 3 meses de que termine el año, siguen estando en rojo y hay carteras tan colgadas como indiferentes a las órdenes del Jefe del Estado. ¿Ajustó tuercas Petro o sería otra promesa incumplida?
Según el más reciente reporte de ejecución del Presupuesto General conocido por este diario, con corte a agosto, el 52,9% de los recursos habían sido gastados, es decir, un tímido 5,5% más frente a julio pasado. Aunque hay carteras como el Ministerio del Deporte (10,9%), Defensa (9,7%), Relaciones Exteriores (9,6%) o Interior (9,2%) que hicieron la tarea y agilizaron la ejecución, otras parecen haber hecho oídos sordos al llamado del Presidente.
Es el caso del sector de Ciencia e Innovación que dirige la ministra Yesenia Olaya, que pasó de una ejecución del 31% al 31,3% (es decir, apenas 0,3%). A ella se suma Jorge Iván González, en Planeación (que tuvo un incremento del 13% al 15%) o Carlos Ramón González, en el propio Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), que del 12% ejecutado en julio pasó a un irrisorio 12,5% en agosto.
Inclusive, hay reportes negativos de ejecución, como Vivienda (que del 39% bajó al 38,1%), Ambiente y Desarrollo Sostenible (del 30% al 24,8%) o Agricultura (del 24,2% al 24%). Según explicaron desde el Ministerio de Hacienda, esos saldos negativos y los pobres resultados obedecen a que a las arcas de varias carteras llegó el desembolso de la adición presupuestal que el Congreso le aprobó al Ejecutivo en junio.
“Es decir, si el presupuesto de una entidad era de $100, había ejecutado $60 a julio y con la adición entraron $30 de más, ahora su base son $130 y no $100, lo que hace que baje el porcentaje de ejecución”, explicaron en el Ministerio.
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Inversión, con lupa
Al margen de esos números gruesos, lo cierto es que hay un reporte mucho más minucioso que muy seguramente el presidente ya está analizando con lupa y que marcaría el derrotero de las eventuales decisiones que adopte durante un próximo consejo de ministros: la ejecución de la inversión, un renglón clave que favorece el crecimiento económico y contrarresta el desempleo con base en recursos públicos.
Luego de lo que se paga para saldar deudas y el millonario monto que se destina para el funcionamiento de las entidades, del Presupuesto sale un dinero para hacer realidad los programas, financiar los proyectos y adquirir lo necesario (tecnología, insumos o profesionales) para finiquitarlos. Es decir, los recursos para aterrizar las promesas de campaña. Ese rubro se conoce como inversión y allí también hay números rojos.
Aunque sectores como Educación (67,6%), Minas y Energía (54,8%) o Salud (49,4%) pueden sacar pecho por haber gastado la mitad de su presupuesto de inversión o más, hay otros que –a 3 meses de acabar 2023–, siguen sin dar resultados. El caso más visible, una vez más, es el DAPRE, donde apenas se ha ejecutado el 3,4%. De los $854.361 millones para inversión, apenas se han gastado $29.460 millones. Es decir, de cada $1.000 para ese rubro, solo han ejecutado o pagado $34.
Se evidencian rezagos en programas como la “implementación de acciones en el marco de las negociaciones y diálogos de paz” –donde no se ha comprometido un peso–, el fortalecimiento de acciones para mejorar el acceso a la oferta en prevención de violencias o el apoyo a la gestión financiera para el desarrollo de programas y proyectos para implementar el Acuerdo de Paz con las exFarc.
Por otro lado, en Planeación también hay asomos de crisis. De $1,4 billones destinados para inversión, se han ejecutado $89.407 millones, es decir, el 6,3%. En Justicia y Derecho de más de medio billón de pesos ($542.101 millones), se han efectuado pagos por $59.729, lo que corresponde al 11%. No muy lejos aparece Ambiente (11,6%) o el propio sector de Hacienda (11,7%).
Control político sirvió
Cuatro de las fuentes consultadas dentro de los ministerios coincidieron que, aunado a las advertencias de Petro, las frecuentes alertas y llamados desde el Congreso –que ha venido sentando al banquillo a los ministros colgados– sirvieron para ajustar tuercas y meterle el acelerador a la ejecución. Con todo, en el Legislativo la percepción sigue siendo de crisis.
“Petro es un gran orador, pero un pésimo ejecutor. La mejor demostración es su bajísima ejecución a semanas de terminar el año. Incumple con el presupuesto y con sus promesas de campaña”, explicó el senador de oposición David Luna (Cambio Radical).
Según el congresista, más allá de que el Gobierno no tenga qué mostrar, la baja ejecución repercute en la economía del país, pues los recursos públicos son un gran jalonador de empleo a través de obras y contratos, pero sobre todo son determinantes para favorecer con programas sociales a los menos favorecidos.
“Con el presupuesto se resuelven los problemas de los ciudadanos más necesitados. Aquí el llamado no es a un cambio de ministros, sino que el presidente ejerza el timonel del Gobierno. No más falsos dilemas: cuando no se ejecuta el presupuesto no es responsabilidad de subalternos, sino del Jefe de Estado”, indicó.
A su turno, el también senador de oposición Miguel Uribe (Centro Democrático) –quien integra la Comisión Tercera, encargada de asuntos económicos y hacienda–, atribuyó la falta de ejecución a las dificultades del presidente para conformar equipos y a su radicalización. “A Petro se le olvidó que está gobernando y sigue haciendo oposición desde la Casa de Nariño. Le tiene discurso a cada problema, pero no una solución. Con esta incapacidad a quienes más está perjudicando es a los que dijo defender”.
Petro, quien este sábado arribó a Nueva York para asistir a la Asamblea General de Naciones Unidas, retornará al país la otra semana y no se descarta que en el próximo consejo de ministros el tema, una vez más, sea la ejecución presupuestal. A la luz del balance que deja la ejecución hasta agosto, incondicionales como el director del DAPRE, Carlos Ramón González; la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica o la de Ambiente, Susana Muhamad, estarían llamadas a dar un paso al costado. ¿Cumplirá Petro con su ultimátum?
Los que pueden sacar pecho
Si bien el balance general para el Gobierno Petro es alarmante en materia de ejecución, hay carteras que pueden sacar pecho y jactarse de buenos resultados. Es el caso de la ministra de Educación, Aurora Vergara Figueroa, quien ha ejecutado el 61,4%. Además, en inversión, de $7.3 billones, ya ha ejecutado $4,9 billones. Es decir, el 67,6%.
Otra cartera que sale bien librada es Minas y Energías, a donde llegó en agosto Andrés Camacho. Hoy cuenta con una ejecución del 60,8 % y en inversión ese porcentaje asciende al 54,8%. Finalmente, sobresale el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, en cuyo sector se ha ejecutado el 62,3% de los recursos.