Algunas creencias arraigadas en las culturas de distintas partes del mundo le otorgan características sobrenaturales a cosas, animales e incluso fechas. Así, hay gente que considera de mala suerte derramar sal, que un gato negro se le cruce o pasar debajo de una escalera.
Algo similar pasa con el martes 13. En España y la mayor parte de los países de Hispanoamérica, incluyendo México, para los creyentes en lo sobrenatural se trata de una fecha relacionada con la mala suerte, la brujería y los malos augurios.
Esta creencia no es nueva. Antiguas civilizaciones, como la egipcia, tenían al número 13 como un símbolo de renovación, pues significaba la vida después de la muerte. Precisamente el arcano 13 del tarot es la muerte.
En la cultura hindú, el ser humano a lo largo de su vida experimenta 12 experiencias vitales, mientras que para la mitología nórdica, Loki se coló en una fiesta de dioses en el Valhalla a la que no estaba invitado siendo el participante 13, lo que acabó con la muerte del dios favorito de Odín.
En la tradición judeocristiana también existen referencias malignas con respecto a este número. 13 son los espíritus malignos, según la kabbalah judía, mientras que en la Última cena, Jesucristo y sus 12 apóstoles sumaban esa cifra fatal. Por último, en el capítulo 13 del Apocalipsis se habla por primera vez sobre el Anticristo.
La relación entre el martes y el 13 es más moderna. Se dice que fue un martes 13 cuando la poderosa Torre de Babel cayó, dificultando la comunicación en todo el mundo, y fue una fecha similar cuando se produjo la captura de Constantinopla, considerada una de las capitales cristianas más importantes en su época.
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Trezidavomartiofobia: el miedo irracional al martes 13
Más allá de las creencias, sí hay un malestar que se ha comprobado de manera científica, el cual afecta de manera radical la vida de quienes lo padecen. Se trata de la trezidavomartiofobia.
Esta patología mental es descrita como el miedo irracional al martes 13, el cual produce episodios de ansiedad, miedo y puede tener expresiones que van de las mentales hasta las físicas, con episodios de taquicardia o sudoración excesiva.
De acuerdo con la Asociación Psiquiátrica Americana, esta afección puede provocar que se pospongan decisiones importantes, se tomen precauciones excesivas o se contemplen de forma obsesiva algunas acciones para evitar la “mala suerte” que tiene el día.
Los expertos aseguran que la mejor manera de acompañar a un trezidavomartiofóbico es tratando de ser empático con sus síntomas, sin menospreciarlo o considerarlo un simple supersticioso, pues la raíz de su enfermedad puede ser más profunda de lo que se cree.