El café y el té se han convertido en las bebidas favoritas de muchas personas y ya sean fríos o calientes, ambos se adaptan a las condiciones climáticas y el estado de ánimo de quien lo consume; así mismo han surgido un sinfín de marcas que han diversificado el sabor de ambas bebidas, logrando alcanzar a más personas que prefieren sabores muy particulares y si bien existen muchos fans del té, la realidad es que el café se gana la preferencia del público por lo que se han hecho bastantes investigaciones sobre su impacto en el organismo.
Con la popularización del café se ha hablado mucho sobre el impacto que éste tiene en la salud de los consumidores ya que la reacción al consumirlo varía mucho en cada persona ya que mientras en algunas puede generar sensaciones de alerta y concentración, en otras puede causar temblores, ansiedad e insomnio debido a la cafeína que contiene pero, en general, expertos han confirmado que entre 3 y 5 tazas al día, se asocia con una dieta saludable debido a su bajo contenido calórico y su contenido de cafeína.
Fotografía: Freepik.
¿Cuáles son los riesgos de tomar café y té?
Actualmente se sabe que tomar café de manera regular (entre 3 y 4 tazas al día) puede tener beneficios para reducir la mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares, así como para aumentar la longevidad y disminuir el riesgo de deterioro cognitivo. Sin embargo, estas recomendaciones se aplican a personas que siguen una dieta equilibrada ya que en el caso de las personas mayores con sobrepeso y síndrome metabólico, que incluye condiciones como la diabetes, obesidad, hipertensión y altos niveles de triglicéridos y bajos niveles de HDL, las circunstancias pueden ser diferentes.
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Se sabe que el componente principal del café es la cafeína, la cual tiene propiedades diuréticas que estimulan la producción de orina y, en consecuencia, pueden aumentar la carga de trabajo de los riñones. No obstante, investigaciones han demostrado que un consumo moderado de café no tiene un impacto significativo en la salud renal de personas sanas, pero es importante tener en cuenta que el consumo excesivo de café o la sensibilidad individual pueden provocar deshidratación, lo cual puede afectar negativamente la función renal.
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En relación al té, éste contiene sustancias llamadas oxalatos, que se encuentran en mayores cantidades en variedades como el té negro y el té verde. Estos oxalatos tienen la capacidad de formar cristales en los riñones y contribuir a la formación de cálculos renales en personas susceptibles, no obstante, el consumo moderado de té por lo general no representa un riesgo significativo para la salud renal en individuos sanos. Además, algunos estudios han indicado que ciertos compuestos presentes en el té verde pueden tener efectos protectores para los riñones al reducir el estrés oxidativo y la inflamación.
Si bien los riesgos de consumir café y té se presentan a personas con características de salud muy particulares, es esencial mantener una correcta hidratación para garantizar el correcto funcionamiento de los riñones y n caso de consumir té o café de manera constante, es importante equilibrar la ingesta de líquidos con agua u otras bebidas sin cafeína para mantener un estado óptimo de hidratación.
