Este viernes 29 de julio el Banco de la República tomará una nueva decisión sobre el alza de las tasas de interés en Colombia. Decisión que estará marcada por efectos nacionales pero sobre todo la coyuntura externa.
En el escenario de análisis, la inflación en Colombia seguirá pesando con fuerza en la decisión de la Junta Directiva del Emisor.
Sobre la base de que es muy probable que la inflación en Colombia alcance el doble dígito en su variación anual a julio, se prevé entonces que se mantenga el ritmo de normalización de la política monetaria.
Ya ha manifestado el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, que el comportamiento de los precios sigue preocupando incluso cuando hay una estabilización del lado de los alimentos.
Sin embargo, la preocupación ahora llega desde el lado del comportamiento de la inflación de algunos de los servicios públicos.
Otras condicionales de la decisión
Ahora, en el horizonte, también es clave lo que pueda llegar a pasar con la decisión de la FED, que está a horas de conocerse. Se da por descontada una nueva alza, del orden de los 75 puntos básicos.
Con todo esto, y de acuerdo con la más reciente Encuesta de Opinión Financiera, que elabora Fedesarrollo, los analistas están viendo que en la Junta del 29 de julio se opte por un alza de tasas del orden de los 150 puntos básicos.
Con esta decisión, las tasas de interés en Colombia pasarían del 7 % al 9 %, pendiente de que en la segunda mitad del año vaya de la mano con el comportamiento de la inflación y las expectativas en el corto y mediano plazo.
A la espera también estará la Junta de cómo tenga de actuar la política monetaria en el mundo una vez se conozca si Estados Unidos entra a un proceso de recesión técnica.
Pero también sopesando los principales efectos de lo que represente ese posible escenario de recesión.
Villar mencionó en días pasados que la recesión a la que podría enfrentarse Estados Unidos no sería tan fuerte y responde a la eventual caída de la actividad económica después de una reactivación constante.
De hecho, mencionó Villar, ese golpe no sería tan complejo si se evidencia que el mercado laboral en Estados Unidos no vería un incremento representativo de la tasa de desempleo.