El presidente Joe Biden puede afirmar de manera cada vez más rotunda que ha contribuido a solucionar el problema de la inflación, si consigue que los votantes le crean.
Las cifras publicadas la semana pasada reflejan un nivel histórico de progreso en el combate contra los altos precios, y apuntan a que la inflación podría acercarse al objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal en torno a las elecciones de noviembre. El índice de precios al consumidor registró un aumento anual del 3,4%, pero los precios cobrados por los productores de bienes y servicios subieron un escaso 1% el año pasado.
Asistentes del gobierno, actuales y anteriores, afirman que Biden está decidido a hacer más para reducir la inflación, después que la alza de los precios en 2021 y 2022 aplastara sus índices de aprobación pública de tal forma que está perjudicando sus esfuerzos de reelección. Y ven motivos para ser optimistas si mejora la confianza de los consumidores.
“Es un esfuerzo que está en marcha”, dijo el jefe de despacho de la Casa Blanca, Jeff Zients. “Bajo su liderazgo, hemos atacado la inflación desde todos los ángulos”.
La duda es si los votantes notan la mejoría y recompensarán a Biden o le penalizarán porque la inflación se convirtió en un problema durante su mandato, cuando Estados Unidos salió de los confinamientos debidos a la pandemia. La respuesta podría depender de cómo se sienta la población respecto a los costes de productos de primera necesidad como la gasolina y los huevos.
Biden puede afirmar que sus políticas han contribuido a reducir el precio medio de una docena de huevos a 2,51 dólares, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Esto supone un descenso respecto al máximo alcanzado el año pasado de 4,82 dólares. Pero los republicanos pueden replicar que una docena de huevos costaba 1,47 dólares antes que Biden llegara a la presidencia.
Legisladores destacados del Partido Republicano, como el congresista Jason Smith, de Missouri, presidente de la Comisión de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, recibieron las últimas cifras de inflación como una prueba de que los votantes siguen sufriendo los altos precios:
“La crisis inflacionista del presidente Biden sigue robando los bolsillos de las familias trabajadoras”, afirmó.
El expresidente Donald Trump ha dicho a sus partidarios que la inflación bajo el mandato de Biden es la forma en que “mueren los países” y que su regreso a la Casa Blanca significará menores costes energéticos.
“Perfora, cariño, perfora”, dijo Trump en un vídeo publicado en las redes sociales. “Vamos a bajar mucho sus gastos de electricidad. Vamos a bajar los precios de la energía. La gasolina volverá a los 2 dólares, y puede que incluso menos que eso”.
Los datos federales muestran que los precios medios de la gasolina sí cayeron por debajo de 2 dólares el galón durante la presidencia de Trump. Pero eso fue a principios de 2020, durante la pandemia de coronavirus, cuando se cerraron escuelas y empresas, lo que sumió a la economía de Estados Unidos en un shock, ya que millones de personas perdieron sus empleos. Una oleada histórica de préstamos del gobierno federal estabilizó la economía estadounidense durante la mortífera pandemia.
Biden heredó en 2021 una economía atenazada por la incertidumbre acerca de la trayectoria de la pandemia. Firmó un paquete de ayuda de 1,9 billones de dólares, una suma que, según los republicanos y algunos economistas, desencadenó la escalada de la inflación, al tiempo que el índice de precios al consumo registró un máximo de cuatro décadas del 9,1% en junio de 2022.
Funcionarios anteriores y actuales del gobierno de Biden afirman que el descenso de la inflación desde entonces fue el resultado de un conjunto de decisiones. Biden dio a la Reserva Federal el espacio político necesario para aumentar los índices de interés. Reforzó las cadenas de suministro y ayudó a estabilizar los precios de la gasolina.
Con información de Associated Press.