El presidente Gustavo Petro ha vuelto a generar controversia al responder con firmeza y desafío a una petición del Congreso de Colombia. En medio de tensiones políticas con el legislativo, especialmente luego del fracaso de la reforma tributaria, el mandatario dejó en claro que la decisión de asistir a la posesión del presidente Nicolás Maduro el 10 de enero de 2024 en Venezuela es exclusiva de su voluntad.
Contexto político y tensión con el Congreso
La relación entre el presidente Petro y el Congreso atraviesa un momento delicado. La reciente derrota de su reforma tributaria en el legislativo, que ha agudizado las diferencias entre ambas ramas del poder, ha sido uno de los puntos de fricción más destacados. En este clima de confrontación, la Cámara de Representantes emitió una solicitud formal pidiendo al presidente que no asista a la ceremonia de toma de posesión de Nicolás Maduro, argumentando que su presencia podría interpretarse como un reconocimiento implícito de los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela, cuestionadas por la comunidad internacional debido a las acusaciones de fraude electoral.
La respuesta de Petro: Principios y autonomía
En un evento realizado en Barranquilla, Petro se refirió con contundencia a esta solicitud, respondiendo: «Ahora me dicen que no vaya a Venezuela. Yo veré si voy o no voy». El presidente fundamentó su postura en lo que considera los principios democráticos por los cuales ha luchado durante su vida política, señalando la importancia de la democracia no solo para Colombia, sino también para América Latina. Afirmó que la decisión sobre su asistencia se tomará en el contexto de lo que considera el legado histórico de figuras como Simón Bolívar, que promovieron una democracia justa.
Además, Petro insistió en diferenciarse de aquellos que son considerados dictadores, reafirmando que su relación con el poder no está motivada por una adicción al mismo. «No soy adicto al poder, porque los adictos al poder matan al pueblo por miles», expresó con firmeza, reafirmando su rechazo a la dictadura y sus prácticas autoritarias.
Las tensiones internas del gobierno colombiano
El mandatario continuó su discurso, dirigiéndose nuevamente a los congresistas, a quienes acusó de destruir la prosperidad de su propio país a través de las leyes. Este ataque fue una respuesta al fracaso de la Ley de Financiamiento, una de las propuestas clave de su administración. Petro, visiblemente molesto, calificó de «malditos» a los parlamentarios responsables del hundimiento de la ley, acusándolos de actuar en contra del bienestar de la nación.
La postura de Colombia respecto a Venezuela
A lo largo de este proceso, la postura del gobierno de Colombia frente a Venezuela ha sido cautelosa y ambigua. Aunque algunos miembros del gobierno colombiano, como el vicecanciller Jorge Rojas, han afirmado que no se romperán las relaciones con el país vecino, la incertidumbre persiste sobre cómo se reconocerán los resultados de las elecciones venezolanas. El gobierno de Petro ha insistido en que espera la publicación de las actas oficiales para decidir si validan o no la reelección de Maduro. Sin embargo, Petro ha subrayado que no tomará medidas tan drásticas como romper relaciones diplomáticas con Venezuela, algo que considera inapropiado para la política de buena vecindad.