Una denuncia poco convencional detonó en una polémica que no para: un grupo de trabajadoras adscritas a Seatech Internacional (productora de Van Camp’s) aseguró que estaban usando pañales en sus puestos de trabajo para no ir al baño y evitar supuestos descuentos en sus pagos por el tiempo de ausencia.
Esa escena sería digna de Hollywood y, por supuesto, tuvo el impacto para abrir una discusión que se sigue desarrollando, pues hay una investigación en curso y versiones encontradas.
El ruido empezó a partir de unas declaraciones lanzadas por Gloria Inés Ramírez, ministra de Trabajo, quien afirmó que “se ha encontrado que las condiciones en las que estas mujeres ejercen sus labores no son las mejores. Por ejemplo, no tienen el tiempo para ir al baño”.
Las reacciones llovieron en redes sociales y tanto medios como gente del común le pidieron pruebas concretas a la funcionaria para sustentar lo que había dicho.
Entonces, desde ese despacho compartieron un comunicado en el que hablaron de 26 hallazgos durante una sola visita realizada el 19 de octubre. Sin embargo, allí mismo dice que las presuntas irregularidades no fueron detectadas directamente por los observadores; “el equipo de inspectores dejó anotación en el acta mencionada sobre una queja de las trabajadoras”.
“Las trabajadoras manifestaron su inconformidad con respecto a presuntos descuentos ilegales al momento de utilizar baños. De igual forma, en el momento en que les llega el periodo, según manifiestan, deben usar paños desechables para no generar descuentos en nómina por ausencia del puesto de trabajo”, agregó el comunicado.
Habló la empresa
Ya con el lío de reputación a cuestas, la empresa contestó públicamente a los señalamientos afirmando que “no se puede atacar y estigmatizar a una compañía de esta manera”.
Además, avisaron que se defenderán de lo que consideran un ataque “bajo la normatividad vigente en Colombia”.
Afirmaciones internas
Como una bola de nieve, el rifirrafe creció y entró en el ring Alicia Cardiles, una trabajadora afiliada a Sinaltrainal que quiso reforzar la denuncia en contra de la empresa.
Según declaró, las operarias están usando pañal desechable “porque nos descuentan en los salarios la ida al baño. Eso nos está produciendo enfermedades a futuro (…) entonces por eso, no más violación a los derechos de las mujeres”.
La Escuela Nacional Sindical (ENS) había compartido algunas versiones de otras trabajadoras que aseguraron haber estado en “condiciones precarias”. Berky Arrieta, miembro de la Unión Sindical de la Industria Alimenticia (Ustrial), afirmó que, debido a que el lugar donde trabaja tiene pocos baños, se suelen hacer filas que pueden durar hasta 30 minutos.
De acuerdo con su declaración, este tiempo es descontado por la empresa, lo que al final de mes puede quedar como días no laborados, pese a que desarrollen sus actividades diariamente.
Fuego contra fuego
Sin embargo, en escena apareció otra central obrera, Sintramar, que asegura tener más de 1.300 afiliados de la compañía y se declaró sorprendido con las afirmaciones de la ministra.
“Le solicitamos a la ministra que investigue con mucho más rigor el tema aquí en la planta. Para eso la invitamos a que hable con nosotros, el sindicato mayoritario de la compañía”, comunicó el sindicato.
Y agregó: “No es cierto que a las trabajadoras no se les deja ir al baño, no sabemos de donde salió esa información que a todas luces es malintencionada y trata de perjudicar a una industria que emplea aproximadamente a 1.800 trabajadores cartageneros”.
Inclusive, en la pelea se metieron otras operarias de base que desmintieron las afirmaciones de sus compañeras. Una de ellas fue Marta Cuadrado, quien aseveró que lleva 16 años en la empresa.
Opiniones divididas
En redes sociales hubo usuarios que condenaron a la compañía, mientras que otros lanzaron preguntas que dan paso a dudas razonables. Por ejemplo, algunos cuestionan pusieron la denuncia en tela de juicio a partir de los costos.
En ese orden de ideas, interrogaron quién paga por los pañales. Y si en realidad los están comprando, no saldría más costoso adquirir miles de ellos que conceder el tiempo para que las operarias puedan ir al baño.
Por otro lado, hay quienes defienden el pronunciamiento de la ministra y otro sector apunta a que se trata de otra campaña en la agenda “antiempresa” del Gobierno; recordando además las malas relaciones que ha tenido el presidente Gustavo Petro con los fondos de pensión, los bancos y las generadores de electricidad.