La Comisión de la Verdad reveló este martes el primer documento oficial en el que se intenta reconstruir el conflicto armado interno que padeció Colombia por más de cinco décadas, luego de la firma del acuerdo de paz entre el Estado y la extinta guerrilla de las FARC en 2016.
El Informe Final, sin fuerza judicial, incluye hallazgos y recomendaciones al Estado y a la sociedad para evitar que se repitan los crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante el conflicto y del que participaron diversos actores armados.
“Traemos un mensaje de esperanza y futuro para nuestra nación rota… traemos una palabra de escuchar y sentir a las víctimas, de oír a quienes han aceptado responsabilidades éticas, políticas y penales… para detener la tragedia de un conflicto en que el 80% de las víctimas eran civiles no combatientes”, dijo en el evento el sacerdote Francisco de Roux, presidente de la Comisión.
No podemos postergar el día en que la paz sea definitivamente un deber», dijo el jesuita durante la presentación del informe final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición.
El padre De Roux aseguró que en este día, en el que presentan su informe final, desde la Comisión de la Verdad «traemos un mensaje de futuro para nuestra nación rota», resumido de los miles de testimonios que han recogido durante sus tres años y medio de trabajo, así como «un mensaje de verdad para detener la tragedia» de un conflicto en el que el 80 % de las víctimas fueron civiles no armados.
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«Llamamos a sanar el cuerpo físico y simbólico, pluricultural y pluriétnico, que formamos como ciudadanos y ciudadanas de esta nación», dijo el jesuita, quien aludió a un «cuerpo que no puede sobrevivir con el corazón infartado en el Chocó, los brazos gangrenados en Arauca, las piernas destruidas en Mapiripán, la cabeza cortada en El Salado, la vagina vulnerada en Tierra Alta», todas regiones duramente golpeadas por el conflicto.
Y así, también llamó a «liberar nuestro cuerpo simbólico y cultural de las trampas del temor, las iras, las estigmatizaciones y las desconfianzas, a sacar las armas del espacio venerable de lo público, a tomar distancia de los que meten fusiles en la política, a no colaborar a los mesías que pretenden la lucha legítima con ametralladoras».
Para Humberto de la Calle, quien fue jefe negociador del gobierno en el proceso de paz, Colombia tiene el reto de asumir el informe desde una visión amplia en la que la sociedad comprenda que no hay una sola “verdad”, sino múltiples “verdades” vistas desde distintos ángulos.
“Una cosa es la madre que perdió a un hijo en Bojayá, otra que la perdió en la masacre de la Chinita, pero quisiera que ambas llegaran a entender que sus visiones son verdaderas, pero que aquí hubo un conflicto con muchos victimarios y que es la posibilidad de convivir con esas verdades lo que confío sea el gran paso que nos brinde la Comisión de la Verdad”, dijo De la Calle a The Associated Press.
A la entrega del informe en un teatro en el centro de Bogotá asistieron cientos de personas, entre ellas el presidente electo Gustavo Petro y su vicepresidenta Francia Márquez. El mandatario saliente Iván Duque, crítico del acuerdo de paz, no asistió por encontrarse en un viaje oficial a Portugal.
La Comisión de la Verdad es un órgano extrajudicial que inició su mandato en 2018 y desde entonces ha escuchado los relatos sobre el conflicto armado de más de 30.000 personas de todos los sectores en entrevistas individuales y colectivas, analizado informes y contrastado esa información con el fin de producir el informe.