El gimnasta nacional terminó su presentación con una puntuación de 14.533 y se quedó con la medalla de plata en la prueba de barra fija.
En un abrazo quedó el esfuerzo de una preparación de años. Ángel Barajas se acercó a su entrenador, Jairo Ruiz, quien con una emoción visible lo felicitaba por su presentación en la final de barra fija, en los Juegos Olímpicos de París 2024. La puntuación 14.533. La misma del japonés, Oka Shinnosuke, quien le ganaba la posición por la ejecución.
Segundos antes, Barajas realizaba una rutina casi impecable y precisa. En algunos momentos tuvo que frenar la continuidad, pero en altura y velocidad, el colombiano siempre estuvo a tope y su salida fue excelente, así lo hizo sentir con sus gestos: un sí con la cabeza, acompañado de una sonrisa. ¡Vamos!, gritó. El estruendo después de su gran examen.
La espera después de terminar fue grandísima. Por delante estaban atletas experimentados y que siempre brillan a nivel internacional, los chinos Boheng Zhang y Weide Zu, además del japonés, Takaaki Sugino y Chia-Hung Tang, de China Taipei. Pero la intensidad del momento y los errores de ejecución se juntaron para que el colombiano lograra la plata.
Con tan solo 17 años, Ángel Barajas logró una medalla memorable para Colombia. No solo por convertirse en la primera en los Juegos Olímpicos de París 2024, sino porque fue la primera para la gimnasia en la historia de este evento multideportivo. «Hice lo humanamente posible», dijo con tranquilidad, después de recibir la medalla de plata. «Es un sueño cumplido. Me siento feliz», añadió.
«Cada sacrificio vale la pena», resaltó, con lo que destacó esa disciplina que siempre lo ha caracterizado, esa sencillez con la que siempre afronta cada ejercicio. Estas cualidades las tiene desde muy pequeño, cuando encontró en la cama de sus papás el colchón perfecto para hacer sus maromas, para realizar mortales, para saltar del armario, sin miedo, con decisión. Esto hizo que a Angélica Vivas, su mamá, le recomendaran llevarlo a un gimnasio, pero de comienzo fue algo que no le llamó mucho la atención a Barajas porque estaba lleno de niñas.
Sin embargo, cambió la mentalidad y empezó un proceso que lo ha llevado a convertirse en un embajador del país en el exterior, por su capacidad, por esa decisión para afrontar las dificultades. En 2023, se convirtió en el primer colombiano en colgarse una medalla de oro en un Mundial de Gimnasia Juvenil y un año más tarde inscribió su nombre entre los 89 clasificados por Colombia a Juegos Olímpicos y se convirtió en el primer medallista olímpico para la gimnasia nacional en la historia.