El 9 de diciembre de 2024, a las 4:00 de la mañana, las autoridades colombianas lograron recapturar a Óscar Camargo Ríos, conocido como ‘Pichi’, uno de los narcotraficantes más temidos de Santander, apodado el ‘Pablo Escobar de Santander’. La operación tuvo lugar en una vivienda ubicada en la vereda El Noral, en Copacabana, Antioquia, no muy lejos del lugar donde, hace dos meses, el delincuente se fugó tras abandonar su apartamento en El Poblado, Medellín, donde se encontraba bajo detención domiciliaria.
Camargo Ríos, quien había sido dejado en libertad bajo esta modalidad para cumplir su condena, escapó en octubre, lo que puso en alerta a las autoridades. Desde entonces, su paradero era incierto, hasta que una serie de pistas lo llevaron nuevamente a caer. Durante los meses de fuga, las fuerzas de seguridad se enfocaron en varias tácticas de seguimiento, y fue gracias a un conjunto de acciones erróneas de ‘Pichi’ que finalmente lo ubicaron.
La clave de su recaptura fue una mezcla de errores en su comportamiento: una serie de llamadas a su hijo, el contacto constante con tres mujeres, que fueron seguidas por las autoridades, y el hallazgo de una mascota vinculada al narcotraficante, fueron elementos determinantes para que los agentes pudieran rastrear su ubicación. Además, las fuerzas de seguridad dieron con sus dos escoltas, Yeison González Saavedra y Luis Carlos Pacheco Pantoja, quienes intentaron protegerlo, pero no pudieron evitar que fuera capturado.
En el momento de la recaptura, las autoridades encontraron varias armas, especialmente en la mesa de noche de la habitación donde dormía Camargo. También fueron incautados ocho equipos celulares, un dron y $6.500.000 en efectivo. Estos elementos resultaron claves para las investigaciones adicionales que ahora se inician, ya que el director de la Policía, general William Salamanca, señaló que esta captura permitirá abrir procesos con la Fiscalía General para investigar el origen de sus bienes y sus redes de apoyo.
El operativo estuvo a cargo de un equipo de 28 expertos en investigación criminal, un bloque de inteligencia y un comando de asalto especializado. Este trabajo, en conjunto con la tecnología avanzada utilizada, permitió que las autoridades finalmente pudieran dar con el paradero de uno de los narcotraficantes más buscados del país.
Camargo Ríos es un viejo conocido de la justicia. Su carrera delictiva comenzó hace dos décadas en Bucaramanga, donde inicialmente se dedicó al microtráfico. Con el tiempo, su poder se extendió a otras regiones del país, controlando una porción significativa del narcotráfico y el microtráfico en Santander. Antes de su fuga, ‘Pichi’ controlaba el 98% del microtráfico en el norte de Bucaramanga y generaba ganancias criminales de hasta 14.000 millones de pesos anuales. Además, estaba vinculado a disputas sangrientas entre bandas, como las que protagonizó contra la organización “Los del Sur”.
A pesar de ser encarcelado en diversas ocasiones, ‘Pichi’ continuaba operando desde prisión, y su influencia criminal no conocía fronteras. Se le acusa de dirigir el tráfico de estupefacientes en la región y de tener vínculos con organizaciones criminales internacionales.
Este nuevo golpe a la organización de ‘Pichi’ representa un avance significativo en la lucha contra el crimen organizado en Colombia. Las autoridades esperan que su recaptura permita desmantelar las redes que aún operan en varias regiones del país y el extranjero.