El Gobierno de los Estados Unidos ha presentado una nueva acusación contra Rusia. Según lo informado por el Departamento de Estado de ese país, la administración liderada por el presidente Vladimir Putin estaría llevando a cabo una campaña de desinformación en diferentes países de América Latina, entre los que se incluye Colombia.
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden acusó a Rusia de emprender “una campaña de desinformación” en toda América Latina para socavar el apoyo a Ucrania y propagar animadversión hacia Estados Unidos y la OTAN. “Actualmente el gobierno ruso financia una campaña de desinformación” en toda América Latina”, afirma el departamento de Estado.
Se trata de “una campaña de manipulación de información diseñada para explotar subrepticiamente la apertura del entorno informativo” en la región gracias a contactos con medios en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Venezuela, Brasil, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, entre otros países, añade.
A través de estos actos, la administración presidida por Vladimir Putin buscaría “blanquear su propaganda y desinformación a través de los medios locales, de manera que parezca coherente para las audiencias latinoamericanas”. Además, esta estrategia sería utilizada para fomentar sentimientos negativos hacia los Estados Unidos en la región.
El Gobierno estadounidense también ha señalado a tres empresas específicas como responsables de llevar a cabo este proceso en Colombia y otros países. Estas empresas son la Agencia de Diseño Social (SDA), el Instituto para el Desarrollo de Internet y Structura. Se les acusa de “promover los intereses estratégicos de Rusia a través de la cooptación abierta y encubierta de medios de comunicación locales e influencers”.
En septiembre pasado, se denunció la divulgación de contenidos en medios estatales como Señal Colombia y Canal Institucional de Russia Today (RT), una controvertida plataforma de noticias financiada por el gobierno ruso. El año pasado, en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, la Unión Europea –y luego el portal de videos YouTube–, vetó los contenidos de RT por favorecer la “manipulación sistemática y la desinformación por parte del Kremlin”. Incluso, llegó a considerar al canal como una “herramienta operativa en su agresión a Ucrania”.
Desde el Gobierno ruso, al parecer, han orquestado este proceso de la siguiente manera: en un principio, los encargados “organizarían” un equipo de redacción en algún país latinoamericano. Este grupo estaría compuesto por periodistas y líderes de opinión, quienes recibirían información desde Rusia para revisar, editar y posteriormente publicar en los medios de comunicación locales.
La situación implicaría que los rusos, incluso, cuenten con traductores con habilidades en español en Moscú, algunos de los cuales utilizan seudónimos para “garantizar que la información se difunda de manera encubierta”. Estas personas serían las principales responsables de difundir información en América Latina que intenta convencer a la ciudadanía de que la guerra en Ucrania es justa y que pueden unirse a Rusia para derrotar al neocolonialismo.
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El Gobierno liderado por Joe Biden ha señalado incluso que las embajadas de Rusia en América Latina estarían colaborando con los medios de comunicación que reciben apoyo desde Europa para aumentar la popularidad de personajes como Vladimir Putin y “difundir narrativas antiestadounidenses”.
Los rusos también planean conectar la prensa estatal de su país con los medios locales y “las embajadas de terceros países en la región” que tengan cierta afinidad con el Gobierno ruso.
En el mismo comunicado, el Gobierno de los Estados Unidos hizo hincapié en que la administración liderada por Putin está haciendo esfuerzos para ocultar cada vez más su participación, “blanqueando sus mensajes” a través de “un amplio ecosistema de sitios web proxy rusos”.
No obstante, el presidente de la República, Gustavo Petro, ha mantenido estrechos lazos con su homólogo Joe Biden, con quien se ha reunido en múltiples ocasiones durante los últimos meses.
Según la evaluación anual de amenazas mundiales elaborada por las agencias de inteligencia de Estados Unidos, los rusos se esfuerzan por “ocultar cada vez más su mano, blanqueando sus mensajes” a través de “un vasto ecosistema de sitios web proxy rusos”, que permiten conectarse de forma indirecta, e “individuos y organizaciones que parecen fuentes de noticias independientes”.
Según este informe, Moscú disemina “historias originales o amplifica el discurso popular o divisivo preexistente”.