El Gobierno colombiano sigue cosechando malas noticias. La más reciente encuesta de Invamer ha revelado este viernes que los valores de aprobación del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez continúan a la baja, con números de 33,8% y 27,9% —frente a una desaprobación de 59,4% y 59,9%—.
Son cifras preocupantes para un mandatario que registró un 50% de apoyo y solo un 43% de rechazo en noviembre de 2022, cuando su gestión avanzaba a un ritmo frenético: para entonces, se habían aprobado las leyes de la paz total y de la reforma tributaria, se habían reestablecido las relaciones con Venezuela y se había firmado un acuerdo para comprarle tierras a los ganaderos. Un contraste notorio con estos últimos meses, en los que las reformas sociales se han estancado en el Congreso.
El 66% de los encuestados afirma que no ha percibido el cambio que Petro y Márquez prometieron en las elecciones de 2022 y el 70,7% cree que el país va por mal camino.
La economía, el desempleo y el costo de vida son las preocupaciones principales para el 31,6% de los consultados, seguidas por la inseguridad, que lo es para el 17,6%.
En contraste, la salud es la principal inquietud de menos del 0,5%, pese a que en los últimos meses el Gobierno ha apostado fuerte por sacar adelante una ambiciosa reforma al sector, que centralice en el Estado la administración del sistema y quite funciones a las Entidades Promotoras de Salud (EPS).
Además, el 61,8% de los encuestados ha manifestado su rechazo a la reforma que ha sido el principal tema de discusión política del país este año y que incluso produjo la primera crisis de Gabinete de Petro.
Las malas noticias para el Gobierno en las últimas semanas han ido más allá del atasco en el Congreso de las principales reformas —salud, pensiones y trabajo—. Solo quedan dos de los cinco ceses al fuego bilaterales con grupos armados que el Ejecutivo había anunciado en diciembre. La coalición legislativa de Petro se ha hecho trizas: ya no cuenta con el apoyo de los conservadores, los liberales y La U. Asimismo, el enfrentamiento con la justicia se ha acentuado: no solo con el fiscal general, sino que también con el Consejo de Estado y la Procuraduría. Por su parte, la vicepresidenta ha enfrentado el hostigamiento mediático y de la oposición por su viaje a África y por su decisión de viajar en helicóptero a su casa en el Valle del Cauca, después de varias amenazas y atentados.
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La desilusión, sin embargo, es generalizada. Solo el 36,3% ve un futuro positivo para el país, frente a un 62,7% que tiene malas expectativas. Y el porcentaje de quienes no están satisfechos con su estándar de vida llega a su máximo histórico, con un 67,5%.
Oposición y otras entidades
Los políticos de la oposición tampoco registran altos niveles de aprobación. Solo el 12,5% aprueba de la senadora de ultraderecha María Fernanda Cabal, que la semana pasada dijo que espera ser la próxima presidenta de Colombia. El 30,3% la rechaza, mientras que un 48,5% la desconoce.
El exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien también ha buscado reencaucharse como líder opositor, tiene 24,9% de apoyo y 35,3% de rechazo. El tercer opositor medido, el exalcalde de Medellín y excandidato presidencial Federico Gutiérrez, sale mejor librado con 25,0% de aprobación y 20,6% de rechazo.
Los expresidentes tampoco se salvan. El único con saldo favorable, y dentro del margen de error, es Juan Manuel Santos (2010-2018), con 46,4% de apoyo y 44,6% de rechazo. Álvaro Uribe (2002-2010) le sigue con 45,1% de aprobación y valores negativos de 48,5%. Andrés Pastrana (1998-2002) ocupa el último lugar, con 26,4% de apoyo y 49,9% de desaprobación, seguido de cerca por Ernesto Samper (1994-1998) y César Gaviria (1990-1994). Significativamente, el uribista antecesor de Petro, Iván Duque, ha remontado en sus valores positivos, que registraban un 28% en junio de 2022, semanas antes de dejar la Presidencia: ahora, es el tercer expresidente mejor valorado, con 42,1% de aprobación.
Algunas instituciones, en cambio, arrojan saldos positivos. Las Fuerzas Militares encabezan el listado con 71,5% de aprobación y 22,6% de desacuerdo. Les siguen la Iglesia Católica (65,1%), la Registraduría (63,7%), los empresarios (61,4%) y la Policía (60,2%).
La medición de líderes extranjeros también muestra cifras favorables. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, es un referente para una oposición sin una cabeza visible y así se evidencia en los datos de Invamer: 42,5% de aprobación, frente a 7,4% de rechazo y 46,7% de personas que lo desconocen.
Tiene una popularidad notoriamente mayor a la de sus homólogos de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva (20% de aprobación) y de Venezuela, Nicolás Maduro (3,8% de apoyo). El único que lo supera de los cuatro líderes medidos es el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que registra un índice favorable del 48,3% y un 17,6% de rechazo.