La Procuraduría General de Colombia encendió las alarmas ante los “graves riesgos” que tendría cambiar el contrato de la primera línea del metro de Bogotá.
De hecho, la entidad puso de presente que modificar el trazado del megaproyecto para hacerlo subterráneo tendría consecuencias de gran calado para el país.
Así lo advirtió el ente de control a la Empresa Metro de Bogotá y fue confirmado por medio de un comunicado.
Consecuencias de cambiar el metro de Bogotá
Para el Ministerio Público, los riesgos se verían representados en los impactos que se generarían por dichas modificaciones con mayores plazos en la ejecución del proyecto.
Así mismo, advirtió que los ajustes al metro de Bogotá generarían un incremento de precios en diseños y construcción, eso sin contar con los mayores valores por la volatilidad del dólar en Colombia.
De otro lado, se generaría incertidumbre sobre la destinación del gran número de predios que ya fueron adquiridos y pagados para la construcción del metro elevado.
E, incluso, habría un posible detrimento patrimonial y vulneración al principio de planeación contractual en el metro de Bogotá.
En atención a estos riesgos en la gestión contractual, la Procuraduría informó que revisará los conceptos e informes en los que se plantea una modificación del objeto del contrato de concesión.
Los comentarios se dan un día después de que el presidente Gustavo Petro y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se reunieran para discutir sobre el futuro del metro.
Los funcionarios discutieron la posibilidad jurídica y económica de revisar si un tramo se hace subterráneo en la Avenida Caracas.
Decisiones sobre el metro de Bogotá
Al término de la reunión, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, dijo: “Sí o sí, va a haber metro. Sí o sí, el metro sigue obras. Y sí o sí, el presidente insiste en la subterranización de una parte de la Línea 1, y vamos a esperar el resultado del análisis jurídico y el financiero”.
Para esto, el Gobierno y el Distro realizarán dos mesas de trabajo, una jurídica y otra financiera, en las que se analizarán los conceptos sobre la viabilidad para que un tramo del metro sea subterráneo.
Sobre esto, Reyes agregó que el interés de Petro “es de impacto urbanístico y, por supuesto, de interés público”.
Por eso, “los conceptos obtenidos los compartiremos con la Alcaldía y el concesionario, pues vamos a hacer este análisis a la mayor brevedad posible, con seriedad, con responsabilidad”.
Mientras esto sucede, las obras complementarias del metro de Bogotá seguirán en el patio taller y la Calle 72.
De acuerdo con información de El Tiempo, este ajuste le costaría a Colombia entre $8 billones y $17 billones adicionales, debido a los ajustes que se harían en el trazado.
La cifra definitiva dependerá de qué alcance tiene el metro subterráneo, es decir, si se hace a lo largo de toda la Avenida Caracas o si solo se cambia en un fragmento de la misma.
A pesar de lo anterior, las implicaciones fiscales podrían ser superiores, debido a las posibles demandas que tendría Colombia por un cambio en el contrato del metro de Bogotá.
Según Andrés Escobar, exgerente de la Empresa Metro de Bogotá, cualquier modificación podría tener repercusiones legales de gran calado.
“Nadie sabe cuánto sumarle (a sobrecostos) por las contingencias y demandas por modificar un contrato que era parte de los pliegos de la licitación internacional”, aseguró.
