La ministra de Agricultura, Cecilia López, dio a conocer este miércoles que ya es una realidad la decisión de compra de las primeras tierras a la Federación de Ganaderos de Colombia (Fedegán).
Estas zonas, en las que se concentrará la operación del catastro multipropósito, están ubicadas en la región Caribe y en el Magdalena Medio.
“Hemos recibido ofertas de Fedegán por 242.000 hectáreas en diferentes regiones, pero las compras de limitarán a aquellas que están en el mapa de tierra productiva, que está subutilizada y donde los campesinos van a generar una dinámica y social muy importante con los proyectos productivos que vamos a diseñar”, explicó la ministra.
La compra de tierras en Colombia se da en el marco de la decisión del Gobierno Nacional de avanzar en la implementación del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno de Juan Manuel Santo y la entonces guerrilla de las FARC.
En el primer punto de dicho documento, sobre reforma rural integral, se habla de la compra de tres millones de tierras por parte del Gobierno Nacional para avanzar en ese objetivo.
Hay que mencionar que en el mes de octubre de este año el Ejecutivo de Gustavo Petro y Fedegán firmaron un acuerdo para la compra de tierras en varias regiones del país, luego de que el gremio las pusiera a disposición para los objetivos del Gobierno.
¿Cómo se comprarán las tierras a Fedegán?
Una de las dudas en medio de este proceso ha sido cómo se comprarán las tierras que se necesitan para avanzar en la implementación del acuerdo de paz, que a su vez constituye el avance hacia la reforma agraria.
Y es que, se ha dicho que para comprar las tres millones de hectáreas, se requerirían hasta $60 billones.
En un momento se dijo que las adquisiciones se efectuarían con recursos provenientes de bonos de deuda pública, no obstante, más adelante el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, desestimó esta opción.
Precisamente, bajo este contexto la ministra López dijo este miércoles que hay un compromiso con la cartera de Hacienda para buscar el mecanismo de financiación más idóneo para destinar los recursos.
“La tierra tiene que ser valorada por su capacidad productiva, que no sea inundable, que no exista sombra sobre su origen y propiedad. Además, tendremos en cuenta que las compras se harán dentro de la frontera agrícola actual, no en la altillanura”, finalizó la ministra.