Barranquilla, la puerta de oro de Colombia, Curramba – La bella, la arenosa, el punto de entrada al país de la aviación, la radio y el teléfono, sede de la selección colombiana de fútbol. La misma que desde finales del siglo XIX ha recibido inmigrantes que la han tornado multicultural y diversa, ha mantenido a lo largo de los últimos años un ritmo de crecimiento económico y social que la ubican como referente comercial y sede de grandes certámenes. Tanto así que lleva un año sonando como eventual sede de un Gran Premio de Fórmula 1, F1, calificado como el mayor espectáculo del mundo.
El primer anuncio hecho por el mismísimo presidente de la República en enero de 2022 fue tomado en broma, y no era para menos. Lo que implica la organización de un certamen de estas dimensiones en materia de movilización de equipos y personas, acomodación y atención de turistas internacionales y adecuación de una pista semiurbana, al mejor estilo de Mónaco, no son asuntos de poca monta.
Aun así, y como si se tuviese muy claro el objetivo, el paso de los días y los meses no han hecho que la idea se marchite. Por el contrario, el alcalde Jaime Pumarejo se ha encargado de mantenernos al tanto de los acercamientos con los directivos de la FIA – Federation Internationale de l’Automobile-, las visitas de inspección técnica de los expertos para auscultar las opciones de trazado y la revista del propio presidente de la organización, Stefano Domenicali, al cierre de octubre en la capital del Atlántico.
En su momento, el presidente Petro fue enfático al anotar que primero había que erradicar el hambre en Barranquilla y luego si se pudiera pensar en un evento de este alcance. Por su parte, los empresarios de turismo expresaron su respaldo al proyecto, pues el hambre se combate con empleo y según cálculos, el certamen podría generar 25.000 puestos de trabajo anuales en la arenosa. Con esto quedó claro que, de darse, será un espectáculo financiado con dineros privados. En este escenario, vale la pena revisar números para seguir soñando.
El mercado del máximo torneo automovilístico
Según datos de An Unrivalled Hosting Platform, The greatest racing spectacle of the planet, el Gran Premio acumula una audiencia global que asciende a 1,92 billones de personas a lo largo de su historia. Al parecer, la descarga de adrenalina que genera la competencia a motor eleva el nivel de alerta de pilotos y fanáticos, y hace que millones de personas vean en el automovilismo una forma de liberación de energía, bienestar y placer únicas.
Pero volviendo a los números, en términos de audiencia, el asunto parece no tener límites. Además de la afluencia de cientos de miles de seguidores a los circuitos, la F1 está a la vanguardia de la revolución de los medios digitales en el deporte, profundizando en su relación con sus seguidores más allá de la pista, dando a los destinos que acogen los Grand Prix un poderoso acceso a una audiencia global.
Según la FIA, el promedio de personas que asiste a una carrera de GP cada fin de semana asciende a 198.000, a excepción de circuitos que consiguieron en su última versión más de 300.000 asistentes por carrera como los de Silverstone, que sumó 351.000, México, 346.000 y Australia, 324.000. En paralelo, en los primeros 20 mercados de transmisión de la F1, donde Colombia ocupa un honroso sexto lugar en audiencia, se contabilizan 1,3 billones de visitantes del certamen a través de la web y la aplicación de la FIA. Tan solo la audiencia del último Gran Premio de Italia sumó 112,2 millones de seguidores por la televisión local.
La ventana de proyección del país
Precisamente, por el alcance global de la Fórmula, los desarrollos tecnológicos que involucra y la participación de marcas líderes en el mundo – 40 marcas incluidas en Fortune 500 y más de 10 marcas de Forbes-, se trata de un certamen idóneo para atraer público influyente, decisores de mercados y fans dispuestos a pagar para vivir su pasión deportiva. En este sentido, vale traer a colación los números de visitantes internacionales que han recibido los circuitos de Austria, con 88 % de seguidores extranjeros, Bélgica con 75 %, Hungría con 82 % y España con 69 %, que los erigen en los destinos de F1 con mayor turismo receptivo vs. asistentes locales.
Además de las vivencias que se llevan quienes visitan el país con motivo del espectáculo, el anfitrión tiene la posibilidad de contar sus historias a través de la ventana al mundo que le abre cada carrera, en la actualidad transmitida en 200 países a través de más de 250 compañías con derechos de emisión adquiridos. Y es que cuando las cámaras están en vivo, cada transmisión de la F1 pone en la mira central a la ciudad anfitriona y su circuito. Los equipos de producción trabajan con los anfitriones para entregar tomas coreografiadas y cautivadores horizontes de los principales puntos turísticos de la ciudad y el país sede. Cada transmisión de un Gran Premio combina la acción de las carreras con un promedio de 15 minutos de panorámica exclusiva y tomas de postal de la ciudad de acogida.
Barranquilla, la cuarta ciudad más poblada del país detrás de Bogotá, Medellín y Cali, tendría entonces una oportunidad única para demostrar porque ha sido motor del desarrollo industrial y comercial del Caribe, porque es llamada ´La Puerta de Oro´ y por qué su gente ha sabido capitalizar su fuerza y su energía para posicionarse como líder en la organización de eventos multitudinarios, como los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, desarrollados con una excelente logística y organización.
El negocio de la adrenalina
La F1 no solo es adrenalina. El Gran Premio también ocupa el podio de los negocios más apetecidos del mundo. La recaudación total se compone del dinero obtenido de los circuitos, los derechos de televisión, los anunciantes, los equipos y el público, entre otros. Esa plata va para los dueños de la competencia.
Por su parte, los empresarios locales tienen la posibilidad de sumarse al certamen a través de la adecuación de la infraestructura para el circuito, que por lo demás se plantea como un espectáculo sostenible, con instalaciones que estén en armonía con la naturaleza, al tiempo que se ofrece el máximo bienestar a las personas. En este caso, las causas medioambientales del país y los proyectos de energía renovables tienen un lugar para generar impacto positivo asociado al Gran Premio.
Como es natural, la pasión por las carreras de carros abre un frente de acción para fabricantes de motores, partes, rotables y aseguradoras, facilitando la organización paralela de eventos asociados a la promoción de productos y servicios del sector.
Finalmente, las aerolíneas, los sectores financiero y hotelero, los restaurantes, sitios turísticos, empresas de telecomunicaciones y demás, tienen la posibilidad de sumarse a este microcosmos en la economía mundial a través de alianzas, negocios y oportunidades que les garanticen una posición en la pista.
¿Seremos capaces en Colombia de prender los motores?