Este lunes finaliza el primer ciclo de negociaciones entre el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Tras más de 20 días de conversaciones, el país espera atento si esa ronda concluirá con el esperado cese de hostilidades por parte de la guerrilla: un punto clave que implica que el grupo armado deje de atentar contra civiles y Fuerza Pública como muestra de su voluntad de paz.
Pese a que ese anuncio aún no está confirmado, en Caracas, Venezuela, se rumora que la rueda de prensa que está convocada para este lunes tendrá la finalidad de anunciar el cierre de este ciclo y decretar el primer cese de hostilidades.
Lo que también está por confirmarse es si esa medida será unilateral, en donde solo se frenarían las acciones por parte del ELN, o bilateral, que es cuando el Gobierno también da la orden de no atacar.
Este último ha sido uno de los puntos más polémicos de las negociaciones, pues expertos como el senador Humberto de la Calle, jefe negociador durante el proceso de paz con las Farc, han reiterado que un cese bilateral solo debería tener cabida tras un proceso de desarme colectivo de esa guerrilla.
Lo cierto es que las negociaciones se han desarrollado bajo el máximo hermetismo político. Los negociadores de ambas delegaciones se han negado a dar declaraciones que revelen el contenido de las reuniones y no han sido claros para la prensa y la opinión pública los temas que se están tratando al interior.
De hecho, el senador Iván Cepeda, uno de los miembros claves de la delegación del Gobierno, se refirió al asunto diciendo que “trabajar en un proceso de diálogos de paz implica, entre otras exigencias, apegarse a la más estricta confidencialidad y no prestar caso a las especulaciones que circulan en la opinión”.
Uno de los únicos datos que se filtró de esos encuentros es que durante la primera semana hubo múltiples diálogos sobre el género y la inclusión de más mujeres a la mesa de negociación para que fuera un diálogo paritario, un tema que se le criticó en su momento al Proceso de Paz con las extintas Farc.
México o Cuba podrían ser las sedes de la segunda ronda de negociaciones con el ELN.
Caracas, Venezuela
Desde la estación base del sistema teleférico Waraira Repano, que es el nombre indígena del cerro El Ávila, una montaña que rodea a la ciudad de Caracas, Venezuela, se llega al hotel Humboldt, lugar que ha sido la sede de la delegación del ELN y del Gobierno colombiano para avanzar en este primer ciclo de los diálogos de paz. Este lugar ha sido uno de los más custodiados desde el 21 de noviembre.
Ambas delegaciones encabezadas del lado del gobierno por Otty Patiño, María José Pizarro, Iván Cepeda, el líder campesino Alberto Castilla, el presidente de Fedegán José Félix Lafaurie, monseñor Héctor Fabio Henao y el Comisionado de Paz Danilo Rueda.
Del lado del ELN Israel Ramírez Pineda (alias Pablo Beltrán), el excomandante máximo de esa guerrilla Nicolás Rodríguez Bautista (alias Gabino), que ya estuvieron en las conversaciones con Juan Manuel Santos, el ideólogo del ELN Víctor Cubides (alias Aureliano Carbonell) y Violeta Arango Ramírez, darán a conocer en las próximas horas los avances en puntos como participación de la sociedad en la construcción de paz, la democracia para la paz, tema de víctimas que es clave en esta mesa de negociaciones y una hoja de ruta que lleve al fin del conflicto armado entre otros puntos que quedaron pactados en las negociaciones de año 2016.
Según conoció Caracol Radio los avances de este primer ciclo de conversaciones entre el ELN y el Gobierno colombiano será compartido con todas las estructuras de esa guerrilla para que sus integrantes hagan sus comentarios y aportes para lo que será la segunda ronda de conversaciones que se iniciará en enero y se analizan dos sedes México o Cuba.