El impacto más importante en 2023 se presentará en el rubro de consumo, por un incremento de las tasas de interés, el agotamiento de la capacidad financiera de los hogares y el encarecimiento del costo de fondeo de los establecimientos de crédito.
Se trata de un aumento del 94% frente al mismo mes de 2021.
El último informe de cifras del sistema de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) dejó ver que, con corte a agosto de este año, en el país había 16,04 millones de tarjetas de crédito vigentes, lo que significó un aumento de 7,9% frente a las que había en el mismo mes del año pasado.
Pero así como ha aumentado la cantidad de estos plásticos en el país, también ha incrementado el número de tarjetas que se cancelan, teniendo en cuenta el alza de las tasas de interés, sobre todo de la usura.
Las cifras evidencian que en agosto se cancelaron 483.141 tarjetas de crédito, 94% más que en el mismo mes de 2021. Mientras tanto, 2,04 millones se han bloqueado temporalmente.
Las entidades en las que más se cancelaron estos plásticos en el sexto mes del año son Tuya (144.373), Bbva (111.841), Bancolombia (63.983) y Banco de Bogotá (33.637). Sin embargo, se debe tener en cuenta que precisamente estas entidades están entre las que tienen más tarjetas vigentes.
Este fenómeno está en línea con la tendencia alcista de las tasas de interés desde septiembre del año pasado, fecha en la que el Banco de la República empezó a endurecer su política monetaria, aumentando los tipos, que ya llegan a 11%.
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Con lo anterior, ha aumentado la usura, que es el interés máximo que una entidad financiera podrá cobrar a sus clientes por un crédito de consumo y ordinario, como las tarjetas de crédito. En ese sentido, los bancos han ajustado las tasas que cobran todos los meses, haciendo que las compras, y en general el dinero, sean más caros.
“Con altas tasas de interés y alta inflación, las tarjetas se vuelven armas. Se están pagando intereses muy altos y, como son créditos revolventes, en cada uso se aumenta la deuda. Entonces hay que ser muy cuidadosos y actuar con mucha precaución: la tarjeta de crédito no es liquidez o efectivo”, dijo Diego Palencia, vicepresidente de investigación de Solidus Capital.
De hecho, las compras con tarjetas de crédito en noviembre son las más caras por lo menos desde 2007, pues, según cifras de la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), la usura es de 38,67% durante el mes. El indicador avanzó 175 puntos básicos si se compara con el dato de octubre, y estará vigente entre el primero y 30 de noviembre.
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Peso del crédito en hogares
Aunque las cancelaciones de las tarjetas de crédito han aumentado significativamente, un informe de la consultora Raddar indica que, en el gasto de los hogares, estos plásticos pasaron de tener un peso de 14,6% en agosto y de 14,4% en septiembre, a 15,4% en octubre.
¿La razón? La alta inflación ha llevado a que las familias aumenten el uso de crédito. De hecho, según Raddar, pese al freno que ha tenido la colocación de créditos de consumo e hipotecario, el gasto de los hogares creció 4,5% a octubre, llegando a $78,6 billones.
En este sentido, Alejandro Vera, presidente (e) de Asobancaria, explicó que aunque los bancos comerciales ya han venido subiendo las tasas de interés, principalmente en la modalidad de consumo, en el país hay alrededor de ocho millones de personas con 16 millones de tarjetas de crédito, es decir, hay más tarjetas que usuarios.
“Hay personas que tienen hasta tres tarjetas. El crédito de consumo se está deteriorando muy rápido y por eso es que la Superfinanciera le ha pedido a los bancos que tengan una mayor gestión de riesgo en ese tipo de carteras. Pero eso no significa que las entidades financieras no van a seguir prestando, sino que se va a prestar menos de lo que lo han venido haciendo. Es decir, vamos a pasar de tasas de crecimientos de la cartera de consumo de hasta un 15% real anual, algo bastante elevado, a tasas del 5%, algo más ajustado a la realidad económica actual”, señaló Vera.