Hoy 20 de julio se instaló el nuevo Congreso de la República, nuevos legisladores estarán liderando el progreso y avance de nuestro país en los próximos 4 años con cada una de las propuestas que presenten ante el Congreso.
No obstante al visualizar la ceremonia, analizar el antes, durante y después, se genera una alta contradicción de «Paz Total» en el inicio de legislatura, varios congresistas electos llegaron con carteles que exhibían en señal de protesta, buscando así dar claridad a la corriente política que representan y como alguno de los manuscritos levantados anunciaba «dos visiones, un mismo pais» olvidando todos que el respeto es uno solo y se debe al electorado que confiando en cada uno otorgó su voto convertido hoy en plenaria de inauguración en revuelo de intereses particulares protagónicos.
Lejos quedó el respeto de los símbolos patrios, la institucionalidad y las leyes, el Salón Elíptico lució desordenado, fallo el sonido, se dieron juramentos con manos izquierdas y derechas sin mucho raciocinio de la responsabilidad que el acto endilga, conocimos los equipos móviles de nuestros parlamentarios quienes hoy están saturados de fotos y selfies que permitirán que recuerden siempre tan precario compromiso patrio que hoy engalana un país.
Hoy celebramos la independencia de Colombia, 212 años después lo hacemos de pie, conversando con los del lado, no prestando atención al orden del día, comiendo, tomando fotos y sustentaciones de profundos cambios y proyectos poco poco, contrario a todo lo liderado hasta nuestros días por el presidente Gustavo Petro.