La ola de calor en Europa llegó a niveles impensados. Las temperaturas superan los 45°, las guardias de los hospitales están saturadas y muchas personas se descompensaron en la calle.
Incendios forestales y cientos de muertos. La víspera varios récords de temperaturas se rompieron en Francia, Reino Unido, España y Portugal donde se prevé que este martes el termómetro marque por primera vez desde que hay registros más de 40 grados.
Los científicos estiman que la multiplicación y mayor intensidad de estos fenómenos es consecuencia directa del cambio climático. En la segunda ola registrada en el Viejo Continente este verano boreal, Francia sufrió 39,3 grados en Brest y 42 grados en Nantes, en ambos casos récords. En Reino Unido, en tanto, se espera que los 38,7 grados marcados el 25 de julio de 2019 sean superados este martes.
Gales anotó su propio máximo histórico con 35,3 en Aberystwyth, un escenario similar al vivido en Dublín (Irlanda), donde se anotaron 33 grados, la más alta desde que se registran datos. Países Bajos y Bélgica, en tanto, estuvieron con los termómetros bordeando los 40 grados. Suiza aumentó el nivel de alerta por las altas temperaturas, mientras que en Italia hubo 42 grados en zonas de Toscana y otras regiones del país.
Sin embargo, los datos más duros llegaron desde España, donde las autoridades registraron 510 personas muertas por causas directamente asociadas a la ola de calor, que en ese país se extendió por 9 días con picos entre 39 y 46 grados. La mayoría de las víctimas fatales eran adultos mayores. En España también se han multiplicado los incendios forestales, al igual que en Portugal.
Un escenario similar al del sudoeste francés, donde 11.000 personas debieron ser evacuadas por un incendio en dos barrios de La Teste-de-Buch, cerca de Burdeos. Dos grandes siniestros ya han calcinado desde hace siete días 14.000 hectáreas de vegetación en esta zona situada al sur de Burdeos. La nota curiosa la ofreció, en tanto, el aeropuerto de Luton, al norte de Londres (Reino Unido), que debió cerrar y suspender vuelos debido a que el calor levantó parte de una de las pistas.
Cerca de Europa, en tanto, en Marruecos, las autoridades alertaron del comienzo de una segunda ola de calor, que si bien no tendrá la intensidad de la ola de la semana pasada (donde hubo hasta 48 grados), sí alcanzará cotas peligrosas para la salud humana, con máximas que fluctuarán entre los 42 y los 46 grados.
La fuerza área del Reino Unido debió suspender este lunes los vuelos de entrada y salida de su mayor base aérea, Brize Norton, ubicada en Oxfordshire, porque «la pista se ha derretido» por la ola de calor extremo que enfrenta el país, según Sky News citado por Reuters.
De acuerdo con una fuente militar, consultada por el medio británico, se han puesto en marcha planes para evitar el impacto en las operaciones aéreas.
«Durante este periodo de temperaturas extremas, la seguridad de vuelos sigue siendo la máxima prioridad de la Real Fuerza Aérea (RAF, por sus siglas en inglés), por lo que los aviones están utilizando aeródromos alternativos», indicó en un comunicado la RAF.
Ante la posibilidad de que las temperaturas alcancen los 40 °C este lunes 18 de julio y el martes 19 de julio, las autoridades británicas activaron el viernes una alerta de «emergencia nacional» y elevaron la advertencia de salud por calor al nivel 4 para ambos días.
Esta calificación se utiliza cuando una ola de calor «es tan severa y/o prolongada que sus efectos se extienden más allá del sistema de atención social y de salud». En este nivel, el clima puede causar la muerte a personas sanas, ya que no es solo peligroso para la población de alto riesgo.
Se trata de la primera vez que las temperaturas alcanzan ese punto en el Reino Unido. El récord de la temperatura máxima se registró en julio del 2019 en el Jardín Botánico de la Universidad de Cambridge, con 38,7 °C. (Información DW Y RT).